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Tópicos y verdades, o mentiras, a medias (2.ª parte)

En su línea de combatir lo que él creía lugares comunes de la edición de libros con argumentos igualmente tópicos, Ricardo Artola añadía este cuarto contratópico:

4. Todo libro tiene su lector. Ya está bien de hacer racismo con los libros (algunos nos aconsejan con celo exterminador no contaminarnos). ¿Quién determina lo que es bueno o malo? ¿En función de qué criterio científico irrefutable? Y, sobre todo, ¿por qué estorba tanto a la alta literatura y su devenir cósmico la existencia de libros inútiles? Si a mí me cambió la vida un libro que para otro es detestable, ¿tengo que hacerme una lobotomía? Todo libro tiene su lector, y hay lectores en lugares que nunca imaginaríamos.

Y yo le respondí: «Estoy de acuerdo en que todo libro tiene su lector, por supuesto. Pero ¿y el papel de las editoriales en el ámbito de la cultura? ¿No cree que si las editoriales cribaran con buen criterio el material que editan —como hacían antes los editores— estarían fomentando que los lectores fueran más cultos?». (Aunque ahora me doy cuenta de que a lo de la lobotomía no le respondí. Igual mi despiste le molestó y por eso decidió no escribirme...).

Sus siguientes argumentaciones perdieron el poco norte que podían tener, y soltó cosas como que la razón de que las mujeres lean más que los hombres podía ser porque «simplemente, las mujeres viajen más en metro», y que las editoriales tampoco publicaban tanto; total si bajo los 60.000 libros al año «se esconden todas las reediciones (que sí, son muchas), las publicaciones oficiales, los libros de texto y hasta algunos folletos. Luego aseguraba que si prohibiéramos los libros, «habría colas de yonquis intentando chutarse libros en los parques» y que «lo mejor son los lectores. Sin ellos nos seríamos nadie».

Pero el mejor ataque contra el tópico era, sin duda, el séptimo:

7. ¡Y dale con la crisis! Llevan décadas amenazándonos con el Apocalipsis editorial. ¿A quién le pasamos la factura de todo el lexatín que hemos consumido para poder ir tirando?

Ataque directo a la yugular, al bolsillo, a la supervivencia. Y aquí mi respuesta: «Quizá usted no sienta la crisis, pero le aseguro que los profesionales autónomos que participamos en el proceso de edición no solo la sentimos, sino que la sufrimos. Las tarifas que las editoriales están pagando hoy en día por una página de corrección de estilo son inferiores a las que pagaban en el año 1993, cuando me inicié en mi actividad profesional. Sirva de ejemplo la tarifa por ustedes pagada por corrección de estilo: 1,41 euros/pág. brutos, que netos son, redondeando, 1,2 euros/pág. Con suerte (no siempre el estado del texto lo permite), el corrector puede hacer 5 páginas en una hora; por tanto, la hora le sale a 6 euros (perdone el tópico, pero las señoras de la limpieza cobran más y piensan menos). Para que un corrector pueda ganar 1200 euros, por ejemplo, ha de corregir 1000 páginas, que a 5 págs./hora le suponen 200 horas. Dato importante: de los 1200 euros se le han de restar los 229,58 euros de la cuota mensual de autónomos. Total: un corrector trabaja 200 horas al mes (frente a las 160 habituales) para ganar 970,42 euros. ¿Esto no es crisis, señor Artola? Y aquí, ya lo dejo. Además, he de ponerme a trabajar, que si no, las 200 horas se me convertirán en muchas más, y yo también tengo derecho a vivir».

A los quince días, y por si no hubiera bastado, La Vanguardia publica un artículo en el que Xavi Ayén resume algunos de los comentarios de la intervención de Jesús Badenes, director general de librerías de Grupo Planeta, en la conferencia inaugural del máster de edición de la Universitat Autònoma de Barcelona. Pero de esto ya hablamos en su día.

Dos artículos que no deben pasar desapercibidos a los que nos dedicamos a dar calidad a la edición, aunque muchas veces lo hagamos por puro amor al arte y pese a las verdades, o mentiras, a medias que unos tengan a bien soltar, y otros, publicar.

Montse Alberte, Barcelona (España)

4 comentarios

Haydee -

Con mi madre aprendi que el exito no estriba en la cantidad de dinero que ganes, el verdadero exito consiste en trabajar en lo que disfrutas.
Y yo estoy de acuerdo con ella.

Antonio Vall -

Soy de Perú, provincia de Piura.Trabajo medio tiempo de corrector de un importante diario local y si de pagos se trata, acá estamos pésimo.2.25 soles la hora(medio euro).Hacemos 4 horas diarias y un promedio de 30 páginas.¿Qué tal diferencia, verdad? Lo reconfortante es que te mantienes al día en la infomación y conoces mucho del Perú y del mundo.Espero hacer otro comentario pero ya específicamente de nuestra profesión.

Pilar Chargoñia -

Me he divertido de veras leyendo los contraataques de Montse Alberte al señor Artola y su sombrerito... ¿Cómo es posible que la situación editorial española se parezca tanto a las de este lado del Atlántico? Desde Uruguay podría haberle dado al señor Artola las mismas respuestas; solo cambiarían los números en la conversión de las monedas respectivas. Pero entiendo al señor Artola, ¿qué sombrero podría comerse si ni siquiera se usan ya sombreros? Ahí estaba el chiste, hazte el original y desvía la atención de la gente de lo que realmente importa: el mandato moral de quienes dirigen las editoriales es trabajar por la cultura.

Ana Lorenzo -

Lástima que el señor Artola se coma su sombrero en vez de enmendar la situación desde la posición privilegiada de la que goza.
A veces no dejo de preguntarme cuándo podré pasar un libro a mis hijas sin necesidad de corregir a mano las faltas de ortografía que se han dejado por desidia, por avaricia o, como el señor Artola, por no querer ver los problemas, que no son más que tópicos.