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La expansión del castellano y de la cultura en español, una cuestión de Estado

La expansión del castellano y de la cultura en español, una cuestión de Estado

«Están civilizados con nuestros propios valores.

Si no que se lo pregunten a Telefónica o a Repsol.

¡Eso son valores! ¡Valores cotizables!

Aunque solo fuera por eso

ya tendrían que estar agradecidos.»

Federico Trillo, ex-ministro de Defensa español,

interrogado por un reportero del programa Caiga quien Caiga

el pasado 12 de octubre, día de la Hispanidad,

sobre el valor de la comunidad hispánica y el papel de España.


«Debemos ser el motor de todas las personas que hablan en español.»

César Antonio Molina, ministro de Cultura español, en el momento de tomar posesión de su cargo.

 


Hace apenas un año, con motivo de la celebración de su decimoquinto aniversario, el Instituto Cervantes publicó la Enciclopedia del español en el mundo (Anuario del Instituto Cervantes 2006-2007), en la que la institución hacía balance de su tarea. Una tarea que fundamentalmente consiste en la difusión de una imagen favorecedora de España en el exterior y en la promoción internacional de la lengua castellana y la industria cultural (también editorial) en español, para especial provecho de intereses españoles; unos propósitos que se inscriben plenamente dentro de los objetivos expansivos de la actual política lingüística y cultural española —de cuyo vastísismo alcance y enorme coste volveremos a hablar con detalle muy pronto—, siempre en clave castellanocéntrica (recordemos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14...).

Y cuando decimos «la lengua y la cultura españolas» y «siempre en clave castellanocéntrica» es porque es así como actúa el Estado español en materia cultural y lingüística, y una pequeña muestra de ello es que la promoción exterior que el I. Cervantes dice hacer de las «otras lenguas y culturas no comunes», cuando se da, no la costea el Gobierno de España. En el caso del catalán esa labor la sufraga íntegramente, por convenio suscrito (v. 1 y 2) entre las dos instituciones, el Institut Ramon Llull (v. 1, 2, 3...), una entidad transnacional homóloga del I. Cervantes para la lengua catalana, refundada recientemente en Andorra. (Gracias a Marta por la información.) Estas declaraciones del director del Ramon Llull sobre la relación con el Cervantes son especialmente reveladoras:

—La relació amb el Cervantes?
—No em satisfà: ha de ser de col·laboració, no de subsidiarietat. Està bé que ens cedeixin els seus espais per a actes. En canvi, no em sembla bé que algunes classes de català que fa el Cervantes les pagui el Llull. Zapatero han dit fa poc que la finalitat primera i el tresor del Cervantes és la llengua castellana. Ho entenc. I ells han d’entendre que per al Llull ho és el català. Però aleshores hem de replantejar certes coses. D’altra banda, l’actuació del Llull té un forat negre a Espanya. És normal que no actuem als territoris de parla catalana, però no a la resta de l’Estat.
Tan sols hem fet coses puntuals a Madrid. Volem fer un circuit a l’Estat per portar-hi exposicions i activitats. No pot ser que anem per tot el món i no a Sevilla, Lleó o Sant Sebastià.

Ciertamente, son estas unas palabras tan reveladoras de la distancia que separa ambas instituciones como lo fue la adhesión de tres ex-directores del Instituto Cervantes a ese Manifiesto en defensa de la lengua común, que tan exactamente reflejaba el carácter profundamente excluyente del nacionalismo lingüístico español y la ideología de las «grandes lenguas».

Pero el abismo que irremediablemente se ha abierto entre las culturas y naciones de España no tiene vuelta atrás si tenemos en cuenta los firmes principios y estrategias que guían esta política de Estado:

La Acción Cultural Exterior del Gobierno español se define como un instrumento de la política exterior orientado a la difusión de la riqueza cultural española en el extranjero y a la cooperación cultural.

Es ejecutada por tres ministerios distintos, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC), el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y el Ministerio de Cultura (MC), cada uno de los cuales maneja prepuestos diferenciados y persigue propósitos distintos, enmarcados bajo el título genérico de Acción Cultural Exterior o, de acuerdo con el programa presupuestario del gobierno, como “Cooperación, Promoción y Difusión Cultural en el exterior”. Además, participan en esta acción comunidades autónomas [no se dice cuáles], sociedades estatales y organismos autónomos tales como SEACEX, Instituto Cervantes, Fundación Carolina, Casa de América y Casa Asia, así como otras entidades como museos y fundaciones públicas. Asimismo, participan distintos actores privados o estructuras empresariales.

De todas estas entidades, el mayor peso presupuestario lo tiene el MAEC, a través de la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, dependiente de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional.

Principios y líneas estratégicas

La filosofía y líneas estratégicas definidas por esta unidad son las siguientes. En primer lugar, al ser concebida como un instrumento de la política exterior española, la Acción Cultural Exterior está vinculada a los fines generales de la misma. Abarca tanto el campo de la promoción y difusión de la cultura contemporánea española en todos los países del mundo, como el de la cooperación cultural en los países beneficiarios de la cooperación española. En segundo lugar, al definir su objeto, señala como rasgo distintivo que “ya no se trata de difundir exclusivamente la cultura española, sino esa realidad más amplia que es la cultura en español, la cual adquiere un valor estratégico tanto en el plano político como en el económico”. Por último, “la Acción Cultural Exterior se caracteriza por su ámbito universal, “como corresponde a los intereses cada vez más globales de nuestra política exterior”.[4] En consecuencia, sin desconocer las tradicionales prioridades geográficas de España (Europa, Iberoamérica y Mediterráneo), la Acción Cultural Exterior busca llevar “nuestras manifestaciones artísticas a todos los rincones del mundo” (ibid.).

A partir de estas premisas, se establecen como líneas estratégicas de la Acción Cultural las siguientes:

* Contemporaneidad, o difusión de las manifestaciones más contemporáneas de la cultura española, como reflejo de un país abierto y dinámico.

* Diversidad, o apoyo de todas las disciplinas artísticas, estilos, generaciones y procedencias, para transmitir la enriquecedora diversidad del país y de la cultura en español.

* Planificación, programación y concertación de las acciones desde los servicios centrales en Madrid en colaboración con Embajadas, Consulados y Centros culturales para fomentar la coherencia y la no fragmentación de la política de difusión cultural.

* Colaboración interinstitucional, establecer alianzas o sinergias entre todos los actores vinculados con la Acción Cultural Exterior, aquellas Sociedades Estatales u Organismos Autónomos que, directa o indirectamente, están vinculados con el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.[5] Además, se busca la participación de otros Ministerios, Comunidades Autónomas, municipios, museos o fundaciones públicas y privadas. Asimismo, se apuesta claramente por la colaboración con instituciones culturales de prestigio de otros países que están interesadas en mostrar el arte español, con el objetivo de que en esos museos, galerías, salas de concierto, cines o teatros extranjeros se crea un hábito de programar cultura en español.

3.3. Estructura e instrumentos

La estructura institucional para la implementación de la Acción Cultural Exterior se despliega principalmente a través de las Embajadas y Consulados, y los Centros culturales y Oficinas de cooperación:

* Embajadas y Consulados de España: su actividad se centra en la organización de actividades de promoción cultural. Anualmente más de 1.500 actividades de cooperación y promoción cultural para difundir la cultura contemporánea española en más de 100 países de todo el mundo.

* Red de Centros y Oficinas de Cooperación Cultural de la AECI: 31 espacios repartidos por todos los países de Iberoamérica y Guinea Ecuatorial que desarrollan la Cooperación Internacional al desarrollo a través de la cultura. Actualmente, se encuentran distribuidos en los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, EE.UU., Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Guinea Ecuatorial.

Para más detalles sobre los principios y objetivos que guían esta acción de Estado, reproducimos a continuación, con realces y enlaces nuestros, los hinchadísimos discursos sobre la proyección y el valor del español —una burbuja que tarde o temprano acabará estallando en las narices de sus promotores— de la Corona, el presidente del Gobierno central y el actual ministro de Cultura, publicados en la citada Enciclopedia del español en el mundo (Anuario del Instituto Cervantes 2006-2007). Después de leer lo que precede y lo que sigue, si alguien cree aún que una España plural es posible, que vaya bajándose del guindo. Lo que está claro y cristalino es que esas maravillosas funciones y valores que teóricamente atesora la gran lengua española, las cumple de manera mucho más extensa y efectiva el inglés. Basta cruzar la frontera francesa para que los más ciegos lo vean. Y ahí no hay batalla posible, si acaso quienes la promueven no toman las ventas por castillos.

Presentación, por S. M. el Rey Don Juan Carlos I.

En el acto de constitución del Patronato del Instituto Cervantes, que se celebró el 10 de octubre de 1992 en Sevilla, afirmé que era deseo de la Corona que dicha institución, aún de reciente creación, tuviera una vida fecunda.

Se cumplen ahora los primeros quince años de su existencia, en los que ha conocido una rápida expansión, y la labor que desarrolla a través de su extensa red de casi 50 centros en todo el mundo —complementada por las Aulas Cervantes y los Centros Asociados y Acreditados— se ha convertido en imprescindible para impulsar la difusión internacional del español y promover el acercamiento a nuestra cultura.

En estos años, el español se ha afianzado como una de las grandes lenguas de comunicación en todo el mundo, y hoy es el instrumento privilegiado que utilizan millones de personas de las más distintas procedencias para relacionarse, ampliar conocimientos y compartir ideas y proyectos.

El español contribuye, además, a reforzar en la escena internacional la presencia cultural, social, económica y política de los más de 400 millones de personas que lo hablan y escriben como lengua materna. Su amplísima difusión facilita nuestra participación activa en los asuntos mundiales y representa una invitación permanente a que nos conozcan mejor.

La visión completa y pormenorizada de esta realidad, que ofrece por primera vez el Anuario del Instituto Cervantes, constituye la mejor forma de conmemorar sus primeros quince años. Los datos, análisis y opiniones que contiene nos servirán de guía y estímulo, al tiempo que nos señalan nuevas metas de cara al futuro.

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I

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El español, lengua de diálogo, por José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno

La lengua y la cultura forman parte del patrimonio más esencial de un país, en el que reside su identidad más íntima, pero también el que utilizamos para construir el mundo de valores y de significados que queremos compartir con otras culturas.

La lengua de nuestros antepasados, la misma con la que se escribieron a lo largo de los siglos el Quijote, Poeta en Nueva York o Cien años de soledad, ha alcanzado un protagonismo cultural y económico en todo el mundo inimaginable hace apenas unos años. El español se ha convertido en la cuarta lengua más hablada en el planeta, y es una de las más dinámicas: su prometedor porvenir es incuestionable. Al mismo tiempo, la cultura española ha demostrado en numerosos ámbitos su creatividad, su riqueza y su vocación universal.

Me atrevo a decir que no es casualidad que este excelente momento coincida prácticamente con los quince años que el Instituto Cervantes lleva cumpliendo de manera ejemplar su objetivo de difundir por el mundo la lengua y la cultura española. Por supuesto, el dinamismo del español es fruto de numerosos factores sociales, culturales y económicos, pero el Cervantes ha contribuido a hacer que esa expansión natural sea apoyada y fomentada al máximo por nuestro país, y que hayamos mantenido un importante protagonismo en el proceso de expansión del español. Sin duda, en la relación de nuestra lengua y nuestra cultura con el exterior, hay un antes y un después del Instituto Cervantes.

Pero, además, el Instituto Cervantes ha sabido trasladar fuera de nuestras fronteras el espíritu que ha caracterizado la historia de nuestra cultura, marcada por el diálogo, la convivencia, la apertura y el mutuo enriquecimiento. Porque justamente el Instituto es un lugar abierto que propicia el diálogo de las lenguas y de las distintas manifestaciones artísticas de creadores españoles con la cultura viva de todo el mundo. Las cifras que acompañan la actividad del Cervantes son una muestra inequívoca del enorme éxito de esta iniciativa, que se ha visto afirmado en estos últimos años, en los que el Instituto ha consolidado y enriquecido su oferta lingüística y cultural, al abrirse a la riqueza que para nuestro país suponen las lenguas cooficiales y la diversidad de sus culturas. [Véanse los datos contradictorios facilitados anteriormente.]

De este modo, el Cervantes ha reforzado su papel como dinamizador del panorama cultural y lingüístico en todo el mundo, y se ha convertido además en un actor relevante en el tejido cultural internacional, como reconoció recientemente la concesión, junto a los más importantes institutos culturales europeos, del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

El futuro de la lengua y la cultura españolas es tan prometedor como el de nuestra sociedad, dinámica, activa, exigente, en continua evolución, siempre con la mirada en el futuro, pero sin perder de vista su fértil memoria. A la vista de la velocidad de crucero que ha impuesto en su labor, estoy seguro de que el Instituto Cervantes va a afrontar los nuevos retos que se encontrará en su camino con la eficacia que caracteriza a estainstitución, y que ha hecho de ella un referente dentro y fuera de nuestras fronteras.

José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente del Gobierno

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El valor de la lengua, por César Antonio Molina, director del Instituto Cervantes.

El español es hoy por hoy una fuente de riqueza indiscutible cuyo valor tiene su origen en tres factores determinantes. Su potente demografía: es la cuarta lengua más hablada del mundo por detrás tan solo del chino, el inglés y el hindi, y la cifra de hispanohablantes en el mundo se situará en breve en la barrera de los 500 millones; su apreciada funcionalidad: como lengua de comunicación internacional el español ocupa ya un lugar determinante en el escenario internacional al tiempo que abre las puertas del futuro profesional de todos aquellos que la estudian; y su reconocido prestigio cultural: el español es el vehículo idóneo para acceder al rico patrimonio cultural de España e Hispanoamérica; la lengua, en nuestro caso la española, es la puerta de acceso a la producción cultural que se genera en todos los países de habla hispana en cualquiera de sus expresiones: literaria, artística, cinematográfica

El Instituto Cervantes ha llevado a cabo, en esta Enciclopedia del español en el mundo, una exhaustiva labor de recopilación de los datos referentes al número de estudiantes de español en el mundo, región por región, país a país, recopilación hasta ahora inédita y que reúne información sobre la demanda que existe en todos los ámbitos educativos: enseñanza reglada (primaria, secundaria, universitaria) y enseñanza no reglada (centros de enseñanza privada, universidades populares, instituciones educativas promovidas por las administraciones, etc.). Los datos recabados abarcan no solo las cifras correspondientes a los cursos académicos recientes sino que incorporan también la evolución experimentada por la demanda de español en estos últimos quince años en aquellos países cuya tradición en el estudio de lenguas lo ha permitido. El total de países en los que se estudia español, tras este sondeo, llega a 86, si bien el cómputo global del número de países sometidos a estudio ha llegado a 91.

Tras ese exhaustivo recuento, puede afirmarse que en la actualidad unos 14 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera en el mundo. La mayor demanda se concentra en el continente americano, con cerca de 7.100.000 estudiantes de español en nuestros días. Cifra que, no obstante, está a punto de triplicarse, dado que, por un lado, del millón de estudiantes de español que registra Brasil en la actualidad se pasará a un mínimo de 11 millones en el momento en que se haga plenamente efectiva la ley por la que todas las escuelas estarán obligadas a ofrecer la asignatura de español en la enseñanza media; por otro lado, las expectativas de crecimiento de la demanda en Estados Unidos se sitúan en torno al 60 %, en un mercado en plena expansión que se estima que sobrepasa ya los 6 millones de estudiantes. [...]

De todas estas cifras, la conclusión principal que se extrae es que el español ocupa hoy el segundo lugar como lengua extranjera más estudiada del mundo, por detrás tan solo del inglés. La demanda de español es también la que más ha crecido en la última década, pareja de nuevo a la demanda de inglés. Nuestra lengua está afianzando su papel como lengua de comunicación internacional a ritmo vertiginoso: la creciente demanda de cursos de español por parte de los profesionales de todos los ámbitos y de los más diversos países así lo demuestra.

El presente Anuario presenta, así mismo, diferentes aproximaciones a la didáctica del español como lengua extranjera y a la incorporación de diferentes disciplinas y recursos y su aplicación práctica al aula de español como lengua extranjera y al aula de español para inmigrantes. La mayoría de los artículos publicados sobre el español en los cerca de noventa países analizados incorporan también informaciones sobre el profesorado de español, su situación en cada caso y la enorme demanda existente de profesionales de la enseñanza del español como lengua extranjera en prácticamente todos los países examinados.

[...]

El hispanismo hoy, el español en la ciencia y la tecnología, el valor económico del español, las particularidades de la demografía del español, la certificación panhispánica de nuestro idioma son algunos de los temas que enmarcan una reflexión sobre el presente y el futuro del español desde diferentes puntos de vista.

[...]

El Instituto Cervantes ofrece en esta novena edición de su Anuario la compilación más completa publicada hasta la fecha en torno al estado actual de la lengua y la cultura española e hispanoamericana desde todos los ángulos posibles, en diferentes regiones, países, ámbitos y disciplinas, en más de doscientos artículos. Nuestro objetivo no es otro que poner a la disposición de todos los interesados datos que sirvan como punto de partida para posteriores reflexiones que propicien un mayor crecimiento en todas direcciones.

La actual situación de pujanza de nuestra lengua nos proporciona una oportunidad sin precedentes para estar presentes en el escenario internacional y afianzar el desarrollo de nuestra economía, a la vez que se constituye como el perfecto instrumento difusor de nuestro patrimonio cultural. El momento en que nos encontramos es determinante: solo debemos decidir si estamos dispuestos a afrontar el desafío que entraña convertir en realidad la riqueza potencial de nuestra mayor y mejor inversión de futuro, el español.

César Antonio Molina. Director del Instituto Cervantes

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