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Contra las autoridades lingüísticas arbitrarias, 2. ¿Quién atiende (y cómo) el consultorio de la RAE?

Contra las autoridades lingüísticas arbitrarias, 2. ¿Quién atiende (y cómo) el consultorio de la RAE?

[Viene de aquí.]

Como parte del proceso de renovación institucional iniciado por Fernando Lázaro Carreter en 1992, en 1998  se creó en el seno de la Real Academia Española el Departamento de Español al Día y se abrió la página web de la Corporación. Por medio de ambos se pretendía ofrecer un nuevo canal de atención de las consultas lingüísticas formuladas por los hablantes a la Real Academia Española. Si hasta la fecha tales consultas se realizaban por fax y correo postal, con ese nuevo departamento y el servicio en línea podían tramitarse también por correo electrónico.
Tanto para el «mantenimiento y desarrollo del servicio Español al Día en internet» como para la «elaboración de un Diccionario normativo de dudas» —el actual DPD—, así como para la «dotación de la infraestructura y de comunicaciones necesaria para establecer una red interacadémica que garantice la eficacia de las conexiones entre la Española y sus veintiuna correspondientes», el 8 de marzo del 2000 la RAE firmó un convenio de colaboración con Telefónica, que se canalizaría a través de la Fundación pro Real Academia Española, según el cual la empresa española de telefonía dotó a la Docta Casa de «alrededor de 300 millones de pesetas» para el periodo 2000-2002, cuantía que se renovaría en convenios sucesivos hasta la actualidad (RAE: «Convenio de colaboración entre Telefónica y la Fundación pro Real Academia Española», Boletín de la Real Academia, tomo LXXX, enero-abril 2000, pp. 163-164).
Los objetivos de la RAE e, implícitamente, de Telefónica apuntaban alto. En el primer convenio firmado se establecía que, por una parte, el servicio Español al Día «trata de convertirse en una enciclopedia viva del español correcto». Como suele suceder con las ampulosas palabras de la Corporación, el tiempo las convierte en promesas más o menos hueras. Respuestas tan erróneas del servicio «Español al día» como la que recibimos no hace mucho echan por tierra los aventurados propósitos de la Docta Casa:


Tetrabrick es en origen el nombre comercial registrado de los bricks de la marca Tetra Pack. El equivalente en español es envase de cartón o, simplemente cartón o caja. No obstante, el término tetrabrick está muy difundido y aparece en más de 20 000 páginas en español a través de Google; en nuestro banco de datos CREA figuran 14 ejemplos de uso, todos de España y Argentina. También lo recoge ya el Diccionario del español actual de M. Seco.



Del análisis de esta respuesta se desprende que ni uno solo de los datos proporcionados es correcto:

– Se nos dice que el nombre comercial es Tetrabrick. No es cierto: el nombre comercial es Tetra brik, como puede comprobarse en la página web www.tetrapak.com
– Se afirma que la marca es Tetra Pack. Tampoco es cierto: la marca es Tetra Pak, como bien puede verse en el nombre de la página web indicada.
– Se asegura que en el CREA figuran 14 ejemplos de tetrabrick. Es falso: el CREA recoge 12 ejemplos (en 6 documentos) de esa forma.
– Se asevera que el Diccionario del español actual de M. Seco recoge el término Tetrabrick. No es cierto: recoge la voz tetrabrik e indica como variante tetra brik (p. 4305).

Nos preguntamos quién está detrás de respuestas tan desatinadas, falsas e incorrectas como esta; qué protocolo se sigue en el departamento de Español al Día; cuál es la formación de las personas que se ocupan de solventar las dudas de los hablantes; si hay algún control sobre las respuestas ofrecidas… En definitiva,  ¿enciclopedia viva del español correcto?

En un artículo publicado en El País el 24/03/2007se nos decía que el departamento estaba formado por seis trabajadoras, incluida su directora, Elena Hernández, la única de la que conocemos alguna trayectoria, primero como coautora con Manuel Seco de la Guía práctica del español actual. Diccionario breve de dudas y dificultades (Madrid: Espasa Calpe, 1999) y luego como coordinadora del Diccionario panhispánico de dudas académico (Madrid: Santillana, 2005). De la preparación de las seis se comentaba: «cada una está especializada en un campo —ortográfico, morfológico, gramatical, léxico...—».

Afirmar tal cosa es como no decir nada. Y no sólo porque esos datos no reflejan el perfil curricular preciso de cada una de ellas y no permiten valorar en su justa medida su capacitación; es que además

1) todo especialista sabe que resulta imposible dominar el vastísimo terreno que cada uno de esos ámbitos comprende;

2) y todo especialista sabe también que no hay siquiera estudios y obras de referencia suficientes sobre estas materias aplicadas al castellano a las que poder acudir para responder a las dudas que se planteen.

Un ejemplo: el citado artículo de El País comenta cómo a una de las trabajadoras, una tal Almudena, le acaba de llegar una petición de ayuda desde México que reza: «Por favor, soy escritor de temas legales y en las sentencias de nuestros tribunales aparecen palabras que no están en el diccionario principal ni en el de dudas. Les rogaría me informen sobre estas palabras en usos legales: ’Liminarmente’, ’merituar’, ’inconciabilidad’, ’elevatoria’, ’inatacabilidad’ [...]».

¿Qué pueden responder las trabajadoras del departamento de Español al Día si precisamente las obras académicas no dan respuesta a esas dudas? ¿De qué material extraacadémico de consulta disponen y qué conocimientos de ese campo de especialidad tiene Almudena para responder adecuadamente? No serán muchos cuando se constata la incapacidad de la RAE para cumplir con los convenios establecidos con el Ministerio de la Presidencia español, por los que se comprometía a revisar la calidad de los textos legales que elabora el Gobierno. Es más, ¿el consultorio de la RAE tiene establecido un protocolo que permite responder con arreglo a obras no académicas? Si es así, ¿qué más da que el consultorio sea de la RAE o de Perico de los Palotes, si Perico de los Palotes dispone del mismo material de consulta que la RAE? ¿Dónde queda entonces la autoridad idiomática?

Por supuesto, nada de esto se les aclara nunca a los usuarios del servicio, cuya opacidad resulta tan engañosa como lamentable. Si, además, en fecha actual el departamento de Español al Día sufre los problemas de precariedad salarial y formativa que se desvelaban en estas entradas anteriores del blog, el servicio de atención a consultas puede ser aún mucho menos digno de confianza:

RAE rica, trabajadores pobres

Los figurantes de la Real Academia Española

A pesar de ello, la Academia Española, obsesionada con hacerse presente en todos los campos de planificación del español —incluidos los técnicos, que nunca han sido su objetivo y para los que no tiene profesional especializado—, ha suscrito convenios con diversas administraciones públicas españolas (ayuntamientos y diputaciones) en los que se establece que sus consultas al departamento de Español al Día en materia de lenguaje administrativo se atenderán de manera preferente. Dios los coja confesados...


Montse Alberte y Silvia Senz

1 comentario

Consultor -

¿Quién y cómo se atiende el consultorio de la RAE?

¿En qué idioma está escrita esa frase interrogativa?