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Mitos del castellano, 3: la inquebrantable unidad de la norma (o cómo la Academia Argentina de Letras declara su insumisión ortográfica)

Mitos del castellano, 3: la inquebrantable unidad de la norma (o cómo la Academia Argentina de Letras declara su insumisión ortográfica)

Para ir desmontando este mito, que ya la propia ortografía chilena descompuso en su momento y que otros conatos de segregación hicieron tambalear, nada mejor, en este convulso momento de la armonía y el consenso interacadémico, que las palabras del director de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, sobre el papel de la institución que dirige en los destinos normativos del español. Entenderán mejor ahora los lectores que el panhispanismo, y la unidad normativa de la lengua española, es una quimera sólo mantenida como realidad material por la prensa, las transnacionales y los capitostes de la política lingüística panhispánica, que quedará desvanecida a medida que las necesidades divergentes de cada nación y de sus muy diversas culturas y sociedades (e incluso de legitimación, en sus respectivos países, de las diversas academias) salgan a la luz pública:


12-11-2010 /  Pese a que el coordinador de la Nueva Ortografía de la Real Academia Española adelantó que la “be” dejará de llamarse larga y la “ve” corta pasaría a llamarse uve, el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, advirtió que en el país se mantendrá la denominación actual. Además, reclamó a la RAE que “fue imprudente anunciar cambios que todavía no hemos votado”.

Pese a que el coordinador de la Nueva Ortografía de la Real Academia Española adelantó que la “be” dejará de llamarse larga y la “ve” corta pasaría a llamarse uve, el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, advirtió que en el país se mantendrá la denominación actual. Además, reclamó a la RAE que “fue imprudente anunciar cambios que todavía no hemos votado”.

Barcia advirtió que el vocero de la Academia de las letras de España hizo afirmaciones “sobre cosas que dieron por aceptadas cuando todavía no lo están, debido a que el 28 de noviembre, en Guadalajara, recién votaremos estas enmiendas”.

“La declaración del vocero es que íbamos a unificar en todo el mundo panhispánico el nombre de la ve corta y la be larga, es decir, que se iban a llamar la b, be, y no be larga o alta como dicen en Colombia y la v corta iba a llamarse uve, como dicen los españoles, y no corta o baja”, detalló el profesor en declaraciones a la prensa.

Según Barcia, causaron confusión  porque “este hábito designativo que usa España fue refrendado por México, por Cuba y por Chile que, al parecer, en sus campañas pedagógicas  han comenzado a llamarlas be y uve”.

Sin embargo, detalló que  en Argentina “llevamos 100 años, al igual que en Uruguay, de designación  habitual en la enseñanza de v corta y be larga”, por lo que escribió una carta al  director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, “para decirle que no teníamos ninguna intención de adoptar eso, ni pensamos hacerlo y que me pareció una decisión torpe anunciarlo antes de decidirlo”.

YE, CHE Y ELLE. El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, es Doctor en Letras graduado de la Universidad Nacional de La Plata, donde también ejerció la docencia y actualmente se desempeña en la Universidad Austral. Según este emérito vecino de la ciudad, el vocero que anunció los cambios en España y que el diario El País publicó el 5 de noviembre pasado, “dio como novedad el cambio de nombre de la ch, la ll y pifió de nuevo”.
“El nombre ‘i griega’ es un mamarracho designativo. A partir de 1994 se reformó el nombre de la y, el de la ch, y se las llamó por el sonido: ye y che”, aclaró.

Por otra parte resaltó el planteo de la exclusión de la che y elle. “En rigor, esas letras no tuvieron independencia hasta 1803”, explicó. Y aclaró: “son dos dígrafos, es decir, dos grafemas que significan un solo sonido, que además es variadísimo en nuestro país donde tiene hasta cuatro pronunciaciones. Pero en realidad no son letras, por lo tanto ya después de 1994 los diccionarios de la RAE incorporan la che en la ce y la elle en la ele”, explicó el doctor.

CÓNCLAVE. En definitiva, los cambios en el idioma no serán revolucionarios, pero si difíciles de pelear en la reunión de las 22 academias que se llevará a cabo a fin de mes en la ciudad mexicana, donde una de las que tiene más peso es, justamente la que juega de local.

“Cuando usted está coincidiendo con casi todo el mundo en un punto, México le hace descender sobre la mesa 110 millones de ‘chamaquitos’, que son cuatro naciones americanas, entonces, tiene un peso por ese lado. El segundo peso es monetario: México compra desde hace 20 años un millón quinientos mil ejemplares de cada libro que publica la Academia Española o la unión de academias. No obstante, hemos tratado de mantener el equilibrio y la independencia, de manera que mantendremos en Argentina la b larga y la v corta”, argumentó.

Para ir a pelearla, el presidente de la Academia Argentina llevó su propia propuesta: “Yo propuse que las dobles vocales las quiten, por ejemplo ‘relección’ y ‘contralmirante’, pero no sé si será aceptada o no”.

Más allá de las discusiones por los nombres, Barcia desdramatizó: “La ortografía es una cuestión social, porque si alguien escribe bueno con ve corta lo descalifican; pero cuando hablamos cometemos cantidad de faltas de ortografía desde el punto de vista de la locución y no pronunciamos ni la ve larga ni la ve corta, ni todas esas pirondangas que se utilizan en la fonética exclusiva”.


1 comentario

Curri -

Gracias por el escrito. Estoy de acuerdo con la academia argentina y con que se rebelen contra algunos cambios que parecen innecesarios. Sobre todo porque si tenemos que tener siempe en cuenta el voto mayoritario, entonces olvidémonos de nuestros dialectos y pongámonos todos a hablar mexicano, que para algo son mayoría.
También creo que deberían dejarse de chorradas y preguntar más a la gente que usa la lengua cada día o, al menos, a aquellos de mamamos de ella y nos pasamos la vida teniendo que cumplir a rajatabla los cambios irisorios que nos hacen.