La fijación del español internacional (y de la edición en español) en EE. UU. , ¿una cuestión de prestigio, imagen, medios y libros de estilo? (1.ª parte)
El español internacional del futuro, ¿un cóctel de mestizaje y técnicas in vitro, made in USA?
En el reciente congreso de la División de Español de la American Translators Association (ATA), celebrado en Las Vegas en abril de este año, Alberto Gómez Font (AGF en adelante), coordinador general de la Fundéu, ofreció la ponencia titulada «El español global en los medios de comunicación hispanos de los EE. UU. y en los grandes medios trasnacionales».
En ella, AGF desarrolla un discurso que ya hemos comentado otras veces en esta bitácora (aquí, aquí y aquí), que él mismo ha expuesto en diversas ocasiones (aquí, aquí y aquí), y que la revista que publica la propia Fundéu ha recogido recientemente en un número monográfico.
En síntesis, lo que propone ese discurso es la posibilidad —no la factibilidad— de «crear» un español neutro internacional, que parta del español híbrido que supuestamente se está gestando en EE. UU., y que utilice como vehículo de neutralización y foco de irradiación los medios de masas internacionales y estadounidenses en español, de notable influencia, al parecer, en el habla de sus consumidores.
En el seminario internacional «El español en los medios de comunicación de los Estados Unidos» (organizado por la Fundéu y la Fundación San Millán y celebrado en San Millán de la Cogolla en mayo de este año), el propio director de la RAE (y presidente de la Fundéu), Víctor García de la Concha, declaró a los medios de comunicación estadounidenses «“de enorme importancia” porque “es difícil encontrar en los Estados Unidos aliados mejores para llegar a la gran masa de hispanohablantes, que los medios de comunicación”».
A este respecto, dice AGF:
Lo cierto, a mi parecer, es que ese español [internacional] ya existe, y no es nuevo, lleva mucho tiempo existiendo, aunque ahora hablemos más de él y su realidad sea cada vez más visible gracias a la velocidad con la que nos comunicamos, a la velocidad con la que intercambiamos formas de llamar a las cosas y a la velocidad con la que las hacemos propias. La revolución que hemos vivido en las comunicaciones, especialmente en Internet y en la televisión, ha permitido que el mundo hispanohablante se acerque cada vez más. Poco a poco nuestros oídos se han ido acostumbrando a palabras y expresiones que hasta hace muy poco tiempo eran extrañas para nosotros. Así, para los medios de comunicación internacionales en español, cada vez hay menos palabras que «traducir» del español local al español internacional. Y si ese español existe en algún sitio es en los Estados Unidos, pues es el país donde se juntan todas los modalidades locales, se funden, y junto con ellas van añadiéndose innovaciones tomadas del inglés que no tienen por qué ser negativas.
Y también:
Está claro que en los Estados Unidos es donde más laboratorios ha habido y sigue habiendo, en los que se crea a diario ese nuevo español, ese español válido para todos los hispanohablantes, para todos los medios de comunicación que se escriben o se transmiten en nuestra lengua. [...] El español que se difunde en los medios es homogéneo internacionalmente, y esto, unido a la gran influencia que éstos tienen sobre la población, ayuda a unificar el español en el mundo. [...] hablar del español internacional no es algo abstracto, como en principio pueda parecer, sino que tiene aplicaciones prácticas, incluso comerciales. [El enlace es nuestro.]
En la teoría planteada por AGF para la conformación y fijación de un español internacional, los medios se constituyen en nuevos agentes normativizadores y normalizadores, y la plasmación de su trabajo codificador no son ya las obras académicas, sino los libros de estilo —lo que el traductor Xosé Castro denominaba «academias privadas de la lengua»—. Con este fin, AGF recupera el Proyecto Zacatecas —proyecto suyo y de Álex Grijelmo (vicepresidente primero de la Fundéu y presidente de la Agencia Efe), de libro de estilo unitario de los medios en español— y lo propulsa como referencia normativa por excelencia:
[...] tendremos que retomar el Proyecto Zacatecas y dirigirlo hacia lo que nos interesa: hacia la búsqueda de acuerdos en los libros de estilo de los principales medios de comunicación del siglo XXI, pues a nadie se le oculta que quienes dictan la norma de uso, mucho más que los diccionarios, las gramáticas y los libros de ortografía, son los manuales y libros de estilo que ya se consideran como las verdaderas guías de uso del español actual, del español del siglo XXI. Así, pues, cualquier persona que se aproxime al estudio del español deberá tener muy en cuenta el uso que de éste se hace en la prensa y deberá consultar los libros de estilo de periódicos, emisoras de radio y canales de televisión, en los que encontrará resueltas muchas de las dudas que se irá planteando a medida que avance en su conocimiento.
Hay que tener presente que los verdaderos maestros del español son los medios de comunicación, que se encargan de difundir los nuevos usos de la lengua; hasta tal punto es evidente ese papel de la prensa que la Real Academia Española, al redactar la última edición de su diccionario (22.ª, 2001), utilizó los textos de la prensa como referencia y les dio la misma importancia, o quizás más, que a los textos surgidos de las plumas de los grandes escritores.
Cabe señalar que estas últimas afirmaciones de AGF contrastan llamativamente con las conclusiones que se recogen en la Memoria anual de la Fundéu: «La Fundación del Español Urgente subraya la falta de sensibilidad hacia el idioma en los medios de comunicación».
Pese a ello, AGF remata su teoría con esta optimista consigna:
No hay que hacer caso de los pesimistas que auguran un futuro horrible para la lengua española en los Estados Unidos; todo lo contrario: hay que confiar en la importantísima labor de los medios de comunicación hispanos, cada día más conscientes de su papel como guías del buen uso de nuestra lengua.
¿Realmente cabe ser tan optimistas con respecto al futuro del español en EE. UU.? ¿Son realistas o ilusorias estas perspectivas presentadas por AGF? Lo analizaremos en la segunda parte de esta serie: «Un poco de divulgación sociolingüística».
Silvia Senz Bueno (Sabadell )
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