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El azote de la Academia

El azote de la Academia

Hace ya casi un mes, la revista española de actualidad La Clave de la Opinión Pública, dirigida por José Luis Balbín, publicó en el número correspondiente a la semana del 26 de mayo al 1 de junio, en su sección de «Cultura», un reportaje-entrevista a José Martínez de Sousa, que abría con este contundente titular: «El azote de la RAE» y esta sensacionalista entradilla:

José Martínez de Sousa es implacable con los deslices de la Academia. Este teórico de la Lengua, que ha rechazado en tres ocasiones entrar en la Real Academia Española, considera la crítica como el mejor antídoto para que la institución no se duerma en los laureles.

Que José Martínez de Sousa ha rechazado tres veces entrar en la Real Academia no es una información muy exacta. Pero el campo de la lingüística y la lengua española no es lo que se dice «de interés general», y en cierto modo resulta comprensible usar semejantes señuelos para hacer más apetecible al lector profano la lectura de un reportaje en torno a una de las principales figuras del medio. De hecho, la imprecisión con la que arranca el reportaje queda aclarada más adelante por el propio Martínez de Sousa:

«A mí me propusieron ser académico correspondiente en Cataluña, que es algo así como un nombramiento de segunda, un cargo que tiene obligaciones pero que no tiene honores. Yo tengo una obra escrita y respetada, y desde el punto de vista académico, si merece algo, es un sillón con toda la dignidad, y si sólo merece un nombramiento de segunda, como ser académico correspondiente en Cataluña, sinceramente no me interesa. Esto ya se lo expliqué a ellos: si yo merezco pertenecer a la Academia, pues que sea con todas las consecuencias y con todos los honores. Todo el mundo sabe que yo soy muy crítico con la Academia y, si uno piensa mal, sería una forma de quitarme de encima, pero por ese precio no.» Y reconoce que sí aceptaría en el caso de un nombramiento «de primera».

Lo que no nos parece tan comprensible —resulta incluso insólito— es que, por mucho que esta semblanza de la figura de M. de S. se centre mucho menos en su perfil de autor prolífico de obras de innegable peso y valía, que en su papel de «Pepito Grillo de la Academia» y en su censura del proceso de nombramiento de los académicos, la dirección de este semanario sienta la necesidad de contrarrestar la carga crítica del autor contra la Española —un enfoque que la propia dirección de La Clave, y no el entrevistado, ha elegido—, insertando en el reportaje estas declaraciones «desde dentro» del vicedirector de la RAE, Gregorio Salvador (el subrayado es nuestro):

«Sousa tiene un sentido muy preciso de lo que es el error, de lo que es el fallo; toma el error como bandera, lo cual es admirable. Pero lo que ocurre es que los puristas como Sousa a veces tienen una actitud afectada, excesiva. Los lingüistas de verdad lo vemos todo de otro modo. Tenemos menos fe en la rigidez de la norma porque las lenguas son algo vivo, que van evolucionando.» En cuanto al rechazo de Sousa de entrar en la RAE [?], Salvador cuenta que su caso no es único. «Yo conozco al menos tres casos en los que los candidatos rechazaron el nombramiento por distintos motivos.»

Sobran los comentarios. Sin duda, el trabajo periodístico de José Luis Balbín vivió tiempos mejores.

Silvia Senz Bueno

2 comentarios

Supra Skytop -

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Gonzalo García -

Las declaraciones de Salvador son simpáticas: ¿la Academia en contra de los puristas? Si será verdad ese rumor de que a partir de ahora celebrarán las sesiones en bermudas, bañando sus moderneces en el mar de Ontígola...
Yo reconozco que no lo comprendo. A mí me parece útil que entre las funciones de la Academia esté dictar la norma en los casos de vacilación, duda, neologismos, etc. Y aunque también me parece bien que se dedique al estudio puramente lingüístico de la lengua (si eso existe, que está por ver), hay que reconocer que le faltan reflejos para eso: no puede igualar el dinamismo de las universidades, de Ginebra, el MIT o tantos otros. La prueba está en la gramática de Alarcos, escrita después de la revolución, consolidación y disolución de la gramática generativa, pero de hecho escrita como si no hubiera pasado nada o Chomsky no hubiese existido nunca.
Y respecto de Martínez de Sousa, no sé, ya lo he dicho en otras ocasiones: sus obras de consulta me resultan mucho más útiles, como traductor, que las de la RAE, y por tanto creo que la RAE ganaría incorporándolo a sus filas. Pero bueno, que el Barça eche a Ronaldinho por purista del fútbol, y santas pascuas.