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Inefable RAE: navegar «las altamares», o sea, la nada

Inefable RAE: navegar «las altamares», o sea, la nada

El Diccionario panhispánico de dudas (DPD) es una fuente inagotable de sabrosos absurdos. Algunos ya los tengo señalados en este blog. Hoy hablaré de la entrada altamar.

Esta obrita (¿u obreja?) dice, en altamar:

‘Parte del mar que está a bastante distancia de la costa’: “El suelo se movía como la cubierta de un barco en altamar” (Jodorowsky Pájaro [Chile 1992]). Aunque todavía es mayoritaria la grafía en dos palabras alta mar, no es infrecuente y resulta preferible la grafía simple altamar, ya que, normalmente, el primer elemento del compuesto se hace átono y ambas palabras se pronuncian como si fueran una sola. Como evidencia el género del adjetivo, este compuesto es femenino: la altamar, la alta mar (y no el altamar, el alta mar).

La frecuencia. El Corpus Diacrónico del Español (CORDE) presenta 10 ejemplos de altamar y 631 de alta mar; porcentaje de un uso respecto al otro: 1,58 %. El Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) presenta 68 casos de altamar (casi todos de la prensa, que, notoriamente, no brilla por competencia lingüística) y 439 de alta mar; porcentaje de un uso respecto al otro: 15,4 %. Estos numeritos le sobran al DPD para decir que el uso de altamar no es infrecuente. No es que sea infrecuente: es casi inexistente.

Grafía preferente. Los señores académicos no explican por qué es preferible la grafía altamar, pese a que sea mayoritaria la otra (¡y cómo que lo es!). Tengo para mí que este debe de ser uno de los vocablos de lo que algún cerebro burocratizado ha llamado “norma panhispánica pluricéntrica” para no decir, como haría cualquier lingüista independiente, “norma de las distintas variantes del castellano”.

En realidad, alta mar significa ‘mar profundo’, como aguas altas significan ‘aguas profundas’. Los buenos escritores del pasado, conociendo el instrumento que usaban, decían altas mares o altos mares para indicar el mar abierto, lejano de la costa, donde las sondas con que se medía la altura de la columna de agua situada debajo de la quilla no tocaban nunca el fondo. Pues esto: agua alta, alta mar.

Primer elemento átono, pronunciación en una sola palabra. El DPD quiere justificar su singular preferencia ortográfica con una explicación absurda. Si esta explicación (elemento átono, pronunciación en una sola palabra) fuera norma aplicada a todas las grafías, las obras académicas deberían registrar donnadie (tal como registran donjuán), pero no lo hacen; nos cuenta, en cambio, que debemos escribir don nadie. Seguro que estas divergencias deben atribuirse a los gustillos o gustazos de los distintos redactores de las obras académicas.

Compuesto femenino porque lo indica el adjetivo de «altamar». Pongamos que así sea. La RAE debería explicar por qué considera masculino el compuesto aguamanos, formado evidentemente con un femenino singular y un femenino plural. Es evidente que no hay explicación: es así porque tal es el uso. O sea: la RAE no ha explicado nada respecto al género de altamar.

Resulta cómico que la Academia afirme en una de sus obras que alta mar es un compuesto. Sin embargo, lo hace al escribir: «[...] este compuesto es femenino: la altamar, la alta mar [...]». En fin, terminología lingüística de aprendices.

El DPD, al decir que el compuesto es femenino y no indicar que carece de plural, sugiere que este se da y que solo puede ser las altamares. Si esta aberración no se da, puede que llegue a darse por obra y gracia de la llamada «norma panhispánica» impartida generosamente por la RAE.

Me he preguntado por qué a alguien se le ocurrió escribir altamar. Acaso esta persona oyó campanas, sin localizar el campanario, y, siendo gramático de secano, hizo un razonamiento poco aceptable. Sus campanas debieron de ser las palabra bajamar y ple(n)amar (con sus significados de ‘marea baja’ y ‘marea alta’); su razonamiento debió de consistir en esto: si se dan bajamar y ple(n)amar, ¿por qué no ha de darse altamar? Lo primero que se le ocurre a cualquiera es que altamar o alta mar no significa ‘marea alta’, sino ‘mar profundo’. Ahora bien, esto no tiene relevancia alguna para el gramático de secano.

Lo malo es que mucha gente toma en serio, con total buena fe, lo primero que la RAE publica. Luego, la RAE cantará victoria diciendo: “Está en el uso”. Y así se construye lo que llaman burocráticamente norma panhispánica pluricéntrica.

Jordi Minguell Roselló (Roma)

3 comentarios

Ana Lorenzo Pedraza -

Hola, Confuso, no, no es que Jodorowsky sea gramático, al menos que yo sepa: sí es dramaturgo, director de cine, poeta, novelista, actor... como ves, muy polifacético. Lo que pasa es que el DPD utiliza una frase suya para ilustrar la entrada de la que trata el artículo de Jordi. Esto es muy habitual en los diccionarios.
Un saludo.

confuso -

Jodorowsky es gramático ??? Creí que era un siquiatra, enfín...

Ana Lorenzo -

Me gusta tu forma de desmontar el razonamiento porque a mí tampoco me cuadra, sobre todo esa demostración del género porque lo indica el adjetivo.
Cabría añadir aquí que la entrada de pleamar, en esta edición del DPD, tiene la definición de altamar; la de altamar está bien.
Un saludo