La nueva RAE, un espejismo de representatividad, neutralidad ideológica, laboriosidad y modernidad, 11: La epatante historia de la bolaspa
De entre los muchos ejemplos que podrían ilustrar la tendencia académica a la improvisación, a la descoordinación y a la arbitrariedad en su obra lexicográfica, tal vez uno de los más divertidos y recientes sea el caso de la llamada bolaspa, el simbolito (⊗) introducido en el Diccionario panhispánico de dudas (DPD; RAE y Asale, 2005) como marca de incorrección.
Según manifestó el actual director de la RAE, Víctor García de la Concha, en entrevista concedida al Magazine dominical del diario El Mundo (14/11/2004), este símbolo y su denominación son, ambos, una creación académica:
Nosotros, para el Panhispánico, hemos inventado un “palabro” que es bolaspa. [...] el aspa es la prohibición, y para remarcarlo lo metemos en un círculo. ¿Y esto cómo lo llamamos? Pues bolaspa. Y empezamos a usarlo de una manera convencional, como herramienta de trabajo, y ahí está: es un signo.
Y así, por arte de birlibirloque, los usuarios nos encontramos con un signo desconocido y un nuevo vocablo, y la RAE se estrenó en una nueva faceta: la de inventora de palabras; y eso que, como suele decir don Víctor, «la Academia nunca crea palabras».
Pese a esta atribución creadora, lo cierto es que la figura de este signo (⊗) no es en absoluto un invento académico, puesto que, como recoge Martínez de Sousa en su Manual de estilo de la lengua española (Trea, 2007, p. 581), ya simbolizaba el concepto matemático de producto directo. Pero sí son novedosos, en cambio, la adjudicación del valor de incorrección y el término neológico con el que se denomina: bolaspa (resultado, según la entrevista citada, de la adición de las palabras bola y aspa, cuando habría sido más apropiado componerlo a partir de círculo y aspa, dada la forma bidimensional del signo).
En cuanto neologismo especializado, en el apartado del DPD «Uso de los símbolos ⊗ y * ante citas y ejemplos» (pp. XXVIII y XXIX), la RAE justifica su creación para enfatizar la censura de aquellos usos tautológicamente denominados «incorrectos o desaconsejados» por no atender a la norma culta, y lo emplea como complemento del asterisco (*) en su uso tradicional en filología para indicar que cierta voz o construcción es hipotética o agramatical. Lo curioso, paradójico y hasta cómico es que, aunque este símbolo se (re)creó para su uso en el DPD, el término bolaspa no aparece mencionado en este diccionario en ninguno de los casos en los que se hace alusión metalingüística a él («Uso de los símbolos ⊗ y * ante citas y ejemplos», en pp. XXVIII y XXIX, y «Signos [usados en el diccionario]», en p. XXXV) ni tiene tampoco entrada propia. Es decir, se nos presenta el símbolo, se describe su uso en el DPD, pero jamás de los jamases se nos dice cómo diantre se llama.
Esta anomalía resulta muy desconcertante para el usuario del DPD, quien muy probablemente —dada la especificidad del símbolo ⊗ (hasta este diccionario, equivalente sólo al término producto directo)— nunca antes lo habrá visto y menos aún se habrá encontrado en el trance de tener que interpretarlo y, por lo tanto, asignarle un nombre. En realidad, si hemos llegado a conocer el nombre con el que las Academias rebautizaron este signo para su propio uso lexicográfico es por declaraciones públicas como la citada anteriormente, no porque se explicite en las obras académicas que lo emplean (el Diccionario panhispánico de dudas [2005] y, posteriormente, el Diccionario esencial de la lengua española [2006]), ni tampoco porque se haya creado un artículo para la voz bolaspa e incorporado como adición para la próxima edición del DRAE. De hecho, si buscamos dicha voz en el DRAE digital, obtenemos el mensaje siguiente: «La palabra bolaspa no está en el Diccionario».
Por otra parte, y para mayor inri, este signo, en su nuevo uso académico, no es unívoco, sino que se le adjudican dos valores distintos dentro de una misma escala: el de incorrecto (y tajantemente evitable) y el de desaconsejado (o utilizable con menor preferencia):
Los juicios normativos admiten, pues, una amplia gradación, que va desde la censura de lo claramente incorrecto por ser fruto del error, del descuido o del desconocimiento de las normas gramaticales, hasta la recomendación de lo que es simplemente preferible por estar de acuerdo con el uso mayoritario de los hablantes cultos de hoy, preferencia que pueden mantener, o variar, los hablantes cultos de mañana. [(RAE y Asale: DPD, 2005, p. XV.]
El símbolo ⊗ se antepone a las citas y ejemplos que ilustran usos incorrectos o desaconsejados. Es, pues, una marca de “incorrección”, entendida esta como inadecuación a la norma culta. [RAE y Asale: DPD, 2005, pp. XXVIII y XXIX.]
De su ambivalencia se desprende, pues, la equivocidad y el potencial desorientador de este signo académico, bien poco adecuado para resolver dudas. Es por esto, entre otras muchas razones, que al Diccionario panhispánico se lo ha llamado de dudas: porque las crea sin cesar.
Montse Alberte y Silvia Senz
4 comentarios
visigrado -
Petúfar -
Me parece que su función difiere de la del asterisco de agramaticalidad. No estoy de acuerdo con Ana en que lo que es "incorrecto" pueda volverse "correcto" en el futuro, aunque sí podría suceder que lo "desaconsejado" ahora pueda perder esa calificación más adelante."Habían muchos" nunca será correcto, por más que su uso se generalice cada vez más. ¡Si algún corrector de estilo lo llega a pasar por alto, debe ser despedido de su trabajo!
Ana Lorenzo -
Por cierto que lo que a veces parece agramatical, en el sentido de que no se va a dar (*Él el de perro paseo saca; Él saca de paseo el perro; Él saca el perro de paseo) no es tan fácil de prever y en unos sitios determinados es completamente gramatical (*Te dije lo que él me informó [según la RAE]; Te dije lo que él me informó: transitivo en muchos hablantes latinoamericanos, completamente gramatical) o con el paso del tiempo (*Habían muchos de ellos por los alrededores; Habían muchos de ellos por los alrededores: cada vez más usado, ayudado por la globalización y las traducciones que, muchas veces, la gente lee antes de que el libro se publique en castellano en la Península, y suelen estar hechas por latinoamericanos; claro, no se puede marcar como agramatical. Ven / * No ven; en vista de que Venid / No venid se usa, el primer par puede que se termine utilizando, con lo que puede ser agramatical aún, pero yo no creo que se mantenga mucho tiempo [ojo, hablo de agramatical, no de forma correcta o incorrecta, que, por cierto, excepto para las correcciones que hago y para cubrir a mis hijas ante las convenciones, cada día me importan menos, francamente]). Con lo que hablar de correcto o incorrecto sería realmente fácil si las academias no estuvieran tan poco representadas y la pauta siguiera siendo «el español (centro-norte) de España» y si la RAE no anduviese desdiciéndose a sí misma y cambiando las normas de una publicación a la siguiente. En cambio, de gramatical y agramatical, digamos que, aparte de tener que tener un bagaje cultural grande y conocimiento de la mayor variedad de realizaciones concretas de la lengua, es un tanto adivinar el futuro, también, ¿no?
Puigmalet -
Google només dóna 10 resultats per al neologisme. Molt d'impacte no sembla tenir...