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«Páginas de Guarda»: saberes y prácticas del oficio de editar

«Páginas de Guarda»: saberes y prácticas del oficio de editar En un momento en que las revistas del sector parecen haber olvidado que la esencia de la edición poco tiene que ver con la logística y la mercadotecnia, Páginas de Guarda alcanza su tercer número, para satisfacción de aquellas personas huérfanas de publicaciones capaces de sumergirse airosamente en el insondable mundo de la edición, como medio de expresión lingüística, gráfica y cultural.

 

Por gentileza de una de sus (exquisitas) editoras, Ana Mosqueda, reproducimos este artículo recientemente publicado en el suplemento Ñ Revista de Cultura, de Clarín, donde su directora habla de la revista como lugar de encuentro de especialistas destacados y profesionales expertos, y reservorio del saber que todos ellos atesoran.


La aspiración estéticamente encomiable de darle alcance en la escritura al imperativo flaubertiano de hallar la palabra exacta (le mot juste) parece ser uno de los pilares sobre los que se ha edificado la línea programática de la revista Páginas de Guarda. Surgida dentro del ámbito académico, esta publicación de periodicidad semestral tiene su origen en la cátedra Corrección de Estilo de la carrera de Edición de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, a cargo de la doctora en Ciencias del Lenguaje por la École des Hautes Études en Sciences Sociales e investigadora del CONICET , María Marta García Negroni. Páginas de Guarda se suma a una serie de gestos que en los últimos años, sobre todo con la creación de la carrera de Edición en la Facultad de Filosofía y Letras, han permitido ir construyendo un espacio de reflexión y de formación académica sobre el mundo de la edición y de la cultura escrita, y desarrollar así una «conciencia acerca de lo que es la edición como profesión y las diversas tareas y funciones que un editor debe desempeñar en la actualidad», explica García Negroni. Editada con meticulosa rigurosidad por dos integrantes de la cátedra (Ana Mosqueda y Andrea Estrada), la revista se inscribe, desde la perspectiva de García Negroni, en «ese mismo proceso de legitimación de las prácticas profesionales de la edición, y para ello propone variados caminos (desde diversos ámbitos, perspectivas y disciplinas) que permiten el abordaje de las distintas formas de producción de los discursos, de su lectura y de su interpretación en sus diferentes soportes».

En 2005, la idea que luego cristalizaría bajo en nombre de Páginas de Guarda, comenzó a tomar forma en la imaginación de García Negroni, Mosqueda y Estrada, quienes tuvieron en claro desde el principio un objetivo primordial: la revista debía tender puentes de experiencias y reflexión teórica sobre temas relacionados con tres áreas: el lenguaje (el español), la edición (sus prácticas y necesidades) y la cultura escrita (sus modos de producción, difusión y conservación). En sus cuidadas páginas ―un párrafo aparte merece el delicado criterio estético aplicado en la selección de las ilustraciones y fotografías que acompañan a cada uno de los artículos― se despliegan distintos objetos de estudio y disciplinas (lingüística, historia cultural, bibliotecología, teoría de los medios, literatura y filología), entendidos como medios para la actualización de saberes y de prácticas de investigadores, estudiantes y profesionales de la edición.

Uno de los propósitos de la publicación ―de la que se han lanzado hasta el momento tres números― es impulsar una figura de editor más alejada del tecnócrata actual y más próxima al editor clásico, entendido como un agente cultural. A modo de ejemplo, resulta paradigmática la entrevista realizada en 2005 al ya desaparecido ensayista y editor Gregorio Weinberg, quien dedicó parte de su vida profesional a la producción de libros desde una visión refractaria a los mandatos de la mercadotecnia.

Directora académica de Páginas de Guarda, García Negroni refiere que ese nombre alude a la primera y última página que, en las ediciones antiguas o en las actuales de lujo, se utiliza ―por su mayor espesor y calidad― para proteger el contenido de un libro. En el consejo académico de la revista, se destacan las firmas de intelectuales destacados como Roger Chartier, José Antonio Millán, Ana Longoni y Jorge Lafforgue, entre otros.

Pese a ser una publicación de índole eminentemente académica, las tres secciones que la conforman (lenguaje, edición y cultura escrita) constituyen una panoplia de diferentes estilos de escritura y de diversos grados de academicidad. De hecho, no todo el contenido de la publicación es académico: en la sección de Edición aparecen entrevistas o artículos de editores u otros profesionales del libro. También, en las últimas páginas, pueden leerse resúmenes en español e inglés y las palabras clave de los artículos escritos por especialistas. En cuanto a las influencias, las hacedoras de Páginas de Guarda reconocen en la revista Litterae , de la Universidad Carlos III de Madrid, uno de sus modelos de inspiración, esencialmente en lo referido al contenido.

«Necesitamos editores que deseen compartir los secretos del oficio con aquellos que recién comienzan. Hoy la edición se ha profesionalizado, pero hay un bagaje de conocimientos que podrían ser aportados por aquellos que tienen muchos años de experiencia. Como lo hicieron en el siglo pasado los españoles, cuando debieron dejar España por la guerra civil y trajeron aquí sus conocimientos ―sostiene García Negroni y concluye reafirmando la esencia de su empeño-. Queremos que la revista se convierta en un espacio de comunicación entre los editores.»


(Maslatón, Carlos A. «Saberes y prácticas del oficio de editar», Ñ Revista de Cultura, sábado 21 de julio de 2007.)


Silvia Senz (Sabadell)

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