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Lengua española, lengua común, lengua nacional: tres denominaciones nacionalistas del castellano

Lengua española, lengua común, lengua nacional: tres denominaciones nacionalistas del castellano

Gregorio Salvador forma parte de la fracción de académicos de la RAE que Arcadi Espada clasificó como núcleo duro del españolismo, un grupo que ha ido ampliándose con los años, aunque el recambio generacional ha hecho que en sus filas sólo hayan permanecido tres filólogos: el propio Salvador, Francisco Rodríguez Adrados y Manuel Seco. Los lingüistas más jóvenes que ostentan el cargo de académico numerario (Ignacio Bosque, Guillermo Rojo, José Antonio Pascual, José Manuel Blecua, Salvador Gutiérrez e Inés Fernández-Ordóñez) parecen entender la lengua y la acción académica sobre el lenguaje desde un punto de vista menos ideologizado y, pese a que esta institución sigue siendo un organismo de política y planificación lingüística cuya principal actividad consiste en la elaboración de una determinada imagen simbólica del español, este grupo minoritario de académicos limita su labor a aspectos aparentemente más asépticos: aplicación de tecnologías lingüísticas, gramática, diccionario histórico y ortografía.

Gregorio Salvador, en cambio, continúa definiendo su papel en la institución desde una postura netamente ideológica e identitaria, que en los foros públicos legitima valiéndose de su condición de «experto» idiomático. A día de hoy, con el gonadal Pérez Reverte como fiel escudero, Salvador sigue haciendo honor a su apellido persistiendo en su condición de paladín de aquello que el nacionalismo español denomina lengua común, término con que tradicionalmente se enmascara (o blanquea, como diría Kate Woolard) el estatus del castellano oficial (y estandarizado), elevado impositivamente a categoría de lengua nacional y supranacional única: de la nación española en España y de la nación hispánica en los países que siguen comulgando con la idea de la hispanidad. Incapaz de admitir que en España o en América pueda existir más posible configuración político-lingüística que la unitarista homogeneizante, Salvador naturaliza esta idea de Estado equiparando el afianzamiento y expansión del español como lengua común con un hecho de sentido común. Así lo expresa cada vez que los nacionalismos periféricos dan un paso en contra de esta idea bajo la que subyace un patrón político-identitario, y así también en todo acto público de defensa idiomática que reúna a lo más granado del nacionalismo y ultranacionalismo español. Véase el vídeo de su intervención en un encuentro de la Fundación Denaes, entidad que lo ha distinguido recientemente como Español Ejemplar.

 

Silvia Senz

4 comentarios

Marta -

Salvador es el paradigma de lo que Josep Ramoneda calificó, en El País (26/06/2008), de "negación del nacionalismo español":

http://www.elpais.com/articulo/espana/negacion/nacionalismo/espanol/elpepiesp/20080626elpepinac_10/Tes

Demetrio Gómez -

Quero felicitarvos pola liña que seguides neste blogue, mais non entendo moi ben que se use continuamente o termo "nacionalismo" para se referir á ideoloxías como a que subxace na RAE. Explícome brevemente.
Os nacionalistas (galegos, cataláns, vascos, mais tamén mapuches, timoreses, portorriqueños, kurdos e moitos outros) témonos que defender da agresión de imperialistas varios. A chave, por suposto, son os conceptos "defensa" e "agresión" (sen caer en victimismo ningún), en función dos cais penso que "nacionalismo" debería gardarse para os valores positivos relacionados co internacionalismo, a diversidade, o respecto ás minorías, etc. mentres que "imperialismo" debería ser para o seu oposto, é dicer, para a imposición, a uniformidade, a violencia, etc.
Sinceiramente, penso que así a cousa sería moito máis crara e, ademais, non estariamos usando a mesma palabra para nos referir a unha cousa e ao seu contrario.

Silvia Senz -

ha escrito:

¡Uy, qué lapsus! Ya está puesto como enlace, pero es este:
http://www.nacionespanola.org/esp.php?articulo1722

Gracias por el aviso, Jesús, y felicidades por las tragaderas.

Jesús -

¿Y el video? (o vídeo) Es que hay días que uno necesita doble chute, que con el de Contemporáneos no hemos tenido bastante.