La patria común del español
Gregorio Salvador, vicepresidente de la Real Academia de la Lengua, ofrece hoy una conferencia en el Instituto Leonés de Cultura dentro del ciclo de la Fundación Hullera Vasco Leonesa Académicos de la Española en León. En esta entrevista, el catedrático de Lengua Española habla acerca del futuro del español y del desarrollo de las lenguas vernáculas.
—Usted dijo en una ocasión que la función del idioma es entenderse, no crear identidades. ¿Cuál es entonces hoy en día la función de las lenguas vernáculas?
—Convertir el lenguaje en bandera es prescindir de él. Fíjese que la función del abanderado en las guerras era esgrimir la enseña para que las lanzas no pudieran tocarle. El valor de la lengua, para empezar, no siempre es el mismo, es mensurable. De ahí que idiomas internacionales como el español o el inglés no se utilicen como bandera.
[Extracto de una entrevista al vicepresidente de la RAE, publicada en El Diario de León.]
Resultaría difícil encontrar mejor introducción que esta para el artículo «La lengua, patria común. Política lingüística, política exterior y el posnacionalismo hispánico», del sociolingüista José del Valle , originalmente publicado en libro, y hoy ya en la red, a disposición de cualquier lector interesado en la actualidad de la planificación lingüística del español.
No podría resultar más llamativo el contraste entre estas y otras declaraciones anteriores del polémico académico, y el preciso y riguroso análisis que el profesor José del Valle realiza «de las políticas lingüísticas llevadas a cabo (o proyectadas) en España, de la estructura conceptual del nacionalismo lingüístico y de la presencia implícita de esta ideología en la actual promoción de una lengua trasnacional como el español».
Cabe matizar que la lectura de este artículo permitiría una visión más amplia, si cabe, de estos temas si se hubiera escrito tras la creación y puesta en marcha de la Fundéu, hoy una de las piezas clave de la política económico-lingüística española, de la conformación y extensión de un español global —necesario para el desarrollo del español como recurso económico y de la promoción del español en Estados Unidos—, y del traslado a los medios de comunicación de la tarea de difundir un modelo normativo unitario y ejemplar. Como decía Alberto Gómez Font, coordinador general de la Fundéu, en una ponencia reciente: «Hay que tener presente que los verdaderos maestros del español son los medios de comunicación, que se encargan de difundir los nuevos usos de la lengua; hasta tal punto es evidente ese papel de la prensa que la Real Academia Española, al redactar la última edición de su diccionario (22.ª, 2001), utilizó los textos de la prensa como referencia y les dio la misma importancia, o quizás más, que a los textos surgidos de las plumas de los grandes escritores».
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