De niños y editores
Pertenezco a un club de lectura. La iniciativa no surgió de ningún editor. Según parece, es una de las iniciativas municipales, creo que de la concejalía de la mujer, como parte del programa de fomento de la autoestima, avance intelectual, etc. y la red de bibliotecas municipales, cuando el programa terminó al cabo de un año, decidió llevarlo adelante en los distintos barrios de la ciudad. En el club de lectura nos dejan los libros un mes y allí nos reunimos para comentar gustos y disgustos, aprender un poco más sobre el libro y quién lo escribió, poner en común sensaciones, opiniones, pasados y presentes en literatura.
Tenemos mucho cuidado con los libros, pero no resisten demasiado, aunque nos esforzamos por tratarlos bien.
Muchos de los libros que leemos, aparte de en nuestro club, no nos gustan. Algunos han venido acompañados de bombo y platillo editorial, pero no dejan poso en el lector. Leo todos los libros que lee mi hija y he encontrado en ellos ilustraciones muy hermosas... y faltas de ortografía e incoherencia en la puntuación y el estilo general.
Me dicen, y veo patente en el resultado final, que los periódicos no emplean ya correctores.
Y poniéndolo todo junto, digo yo: ¿no deberían los editores quejarse menos y editar mejor? ¿Ofrecer un libro digno, encuadernado de modo que pueda durar y corregido por correctores que conozcan su oficio y bien pagados?
Quizá es el momento de hacer restructuración en el sector editorial, que queden sólo aquellos que dan al libro la importancia que se merece, los que recuerdan que hubo tiempos en que la gente moría y mataba por un libro, por leerlo y por defenderlo.
Quizá no sea necesaria tanta cantidad, pero sí que se echa en falta la calidad, el olor y el tacto de un buen libro, que pueda ponerse en la biblioteca porque está bien escrito, se ha corregido bien y merece la pena que lo lean y compartan los que vienen después.
Mar Rodríguez
2 comentarios
Karla -
debemos preparar a nuestros niños a saber leer y escoger lo que leen, no nos preocupamos mucho por la cantidad de television de poca calidad que ven nuestros hijos, asi mismo no sabemos lo que leen.
Javier Miranda-Luque -