Blogia
addendaetcorrigenda

Las crisis del panhispanismo, 1: Peronismo, lengua nacional argentina, independencia lingüística y academias

Las crisis del panhispanismo, 1: Peronismo, lengua nacional argentina, independencia lingüística y academias

De Mara R. Glozman (Universidad de Buenos Aires / CONICET): «La cuestión idiomática como objeto de debate. Aportes para un análisis retórico de los discursos sobre la lengua», Rhêtorikê, revista digital de retórica, núm. 1, octubre del 2008:
 

El discurso gubernamental peronista respecto de la lengua participa en todos sus aspectos del género político, no solamente por el marco institucional en el que se debate (el Congreso de la Nación) sino principalmente porque arrojó a la escena pública una proposición polémica respecto de la tradición político-lingüística legitimada en y por el aparato estatal durante la primera mitad del siglo XX.
El objetivo idiomático general para el segundo mandato presidencial de Perón consistía, como ya mencionamos, en la configuración nacional de la lengua. Los medios para realizarlo se explicitaban en el objetivo especial: la creación de la Academia Nacional de la Lengua, que debería preparar el Diccionario Nacional, incluyendo “las voces peculiares de nuestro país en sus diferentes regiones y las usadas corrientemente en Latinoamérica” (Segundo Plan Quinquenal 1953: 104). Los principales argumentos con los cuales el gobierno legitimó el nuevo objetivo respecto de la lengua se orientaban a sostener la necesidad de producir instrumentoslingüísticos nacionales, que pudieran competir con el Diccionario de la Real Academia Española. El modo específico de razonamiento es aquel que caracteriza, en términos aristotélicos, el género deliberativo: la ejemplificación. Los ejemplos presentados resultan elocuentes:

 

“En el diccionario de la Real Academia Española se define la palabra pejerrey diciendo que es un pez que tiene siete centímetros de largo por dos de ancho, y los pejerreyes argentinos tienen más de cincuenta centímetros de largo.” (Segundo Plan Quinquenal 1953: 102.)

 

“La palabra Justicialismo, por ejemplo, definida y expuesta por primera vez por el general Perón el 1.o de mayo de 1947 en este mismo recinto, que importa toda una definición de una nueva cultura en el mundo, no ha sido todavía incorporada al diccionario de la Real Academia Española.” (Segundo Plan Quinquenal, 1953: 102.)

 

De esta manera, el discurso gubernamental no solamente aconseja respecto de las decisiones futuras sino también desaconseja e insta a rechazar toda una tradición discursiva que había sido predominante en el discurso oficial argentino durante las décadas precedentes. Para la posición gubernamental, los ejemplos presentados bastaban para legitimar su posición: con la  Inadecuación en sus definiciones y la ausencia en el Diccionario académico del concepto de Justicialismo –esto es, la doctrina propia del peronismo– los instrumentos producidos por la institución española devenían inapropiados para su uso por parte de los ciudadanos argentinos. Era necesario, por lo tanto, que el gobierno emprendiera la producción de nuevos instrumentos lingüísticos que reflejaran las condiciones políticas, históricas y geográficas de la Argentina.
De esta forma, la lengua era caracterizada como un elemento constitutivo de la unidad cultural e identitaria nacional; el propósito del Diccionario Nacional, instrumento que el gobierno se proponía confeccionar, era, pues, fijar los sentidos del vocabulario que tenían y tendrían en común los ciudadanos de la nación argentina. Con la inclusión de estos ejemplos se pone de manifiesto una concepción de los instrumentos lingüísticos que difería de aquella sostenida por las academias de la lengua. Esto implicaba también una concepción diferente de la norma lingüística, según la cual esta no debía sostenerse ni en la gramática ni en la tradición literaria. Por el contrario, la norma lingüística para la esfera del léxico debía ser aquella que está legitimada en la realidad nacional y en el habla del pueblo argentino.
En este sentido, se plantea una revalorización de la lengua popular, tradicionalmente subordinada a la norma escrita y literaria.
De este modo, a lo largo del Capítulo V del Segundo Plan Quinquenal –destinado a las políticas culturales– y, en particular, en el objetivo lingüístico citado se puso de manifiesto el fin del idilio peronista con la Madre Patria; España, en efecto, era excluida de la unidad idiomática y cultural: que del Diccionario “oficial” se ocupara la Real Academia Española, el Diccionario Nacional se abocaría a construir la unidad nacional y latinoamericana. Atrás quedaba el lugar privilegiado concedido a España en materia cultural durante los primeros años de gobierno de Juan D. Perón, lugar materializado fundamentalmente en dos acontecimientos discursivos: el texto del Plan de Gobierno 1947-1951 –presentado en octubre de 1946 y luego conocido como PrimerPlan Quinquenal de la Nación (Glozman 2008)– y el homenaje a Miguel de Cervantes llevado a cabo en la Academia Argentina de Letras el 12 de octubre de 1947, en el cual Perón pronunció, ante representantes de la España franquista y académicos nacionales, uno de sus discursos sobre la identidad nacional más recordados: “La fortaleza de nuestra raigambre hispánica” (Academia Argentina de Letras, 1947).
Dislocando, pues, la propia tradición hispanista en la que se insertaban los discursos político-lingüísticos del primer gobierno de Perón, el Segundo Plan Quinquenal –a través de su objetivo idiomático y de la glosa oficial del Ministro Mendé– introducía una nueva matriz discursiva para interpretar la vinculación entre lengua, cultura y nación, relación triangular de la cual España era tan ajena como era la palabra Justicialismo para la Real Academia Española. Era, por lo tanto, el Estado nacional, soberano y autónomo, quien podía intervenir en la configuración de la lengua, rechazando toda injerencia extranjera, foránea, como era la de la Real Academia Española. El Estado argentino devenía, así, un firme competidor de la corporación madrileña, extendiendo el principio de soberanía nacional –que el peronismo reivindicaba enlos campos político, económico y cultural– también a las cuestiones idiomáticas.

 

0 comentarios