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Superventas, fraudes y honestidad editorial

Superventas, fraudes y honestidad editorial

De La Vanguardia de hoy, una muestra más del «todo vale» para alcanzar el éxito editorial:

Un libro de memorias falsas sacude la industria editorial estadounidense
La web de investigación periodística Smoking Gun destapó las mentiras que escondía un superventas firmado por James Frey


LA VANGUARDIA - 30/01/2006
Efe. NUEVA YORK

Tras convertirlo en un superventas con su apoyo, la diva televisiva Oprah Winfrey se siente "estafada" por James Frey, el autor que publicó unas falsas memorias. El libro se convirtió en Estados Unidos en un superéxito de la noche a la mañana (fue el segundo libro más vendido el año pasado en el país) y ha provocado una tormenta de amplias repercusiones en la industria editorial.

Tras apoyarlo inicialmente, Oprah Winfrey, quizás el personaje más popular de la televisión de EE.UU. y, en gran medida, responsable del éxito del autor tras la inclusión de su obra en el Club de Libros de la presentadora, le echó en cara el gran fiasco. "Me siento estafada y, lo que es más importante, creo que has engañado a millones de lectores", dijo Winfrey a Frey en un programa lleno de melodrama que dejó temblando a las casas editoriales que se nutren del empuje que da la diva a autores poco conocidos.

La pesadilla de Frey comenzó cuando la web de investigación periodística Smoking Gun destapó hace un par de semanas las mentiras que escondía su superventas titulado A million little pieces (Un millón de pequeñas piezas). Entre otras cosas, la investigación concluyó que Frey no fue condenado por ningún delito serio ni estuvo en la cárcel, dos de los principales alicientes de unas tormentosas memorias en las que narra el vía crucis de un drogadicto y su posterior recuperación.

El novelista, que inicialmente sostuvo la veracidad de su relato, ya ha reconocido que había cometido un error y abandonó la fachada de tipo duro que hasta ahora había cosechado -comparándose incluso con Ernest Hemingway- para, esta vez sí, redimirse.

El caso ha desatado un torbellino en el mundo editorial de la no ficción, hasta ahora dispuesto a mirar hacia otro lado con tal de publicar material prometedor. Frey, de hecho, intentó primero vender su libro como novela y, ante el rechazo de los editores, finalmente lo camufló en autobiografía, al parecer sin cambiar una coma del texto.

Observadores como Laurence Kirshbaum, ex directivo del Time Warner Book Group, creen que ahora los agentes, editoriales y autores tendrán que ser mucho más cuidadosos a la hora de aproximarse al mercado de no ficción. Esto significa que, además de descartar posibles plagios, las editoriales tendrán que investigar la veracidad de las memorias, algo que hasta ahora no ocurría. La influyente crítica literaria Michiko Kakutani, de The New York Times, pedía una reflexión "sobre cuánto valor da la cultura contemporánea a la idea de la verdad".

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