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Espasa y la RAE inventan la venta retroactiva (y el condensador de fluzo)

Espasa y la RAE inventan la venta retroactiva (y el condensador de fluzo)

 

Confirmado por instancias tan altas como la Casa Real que el día 17 se presenta la nueva Ortografía académica a saber si ya con todos los ejemplares impresos o sólo con un puñado de muestra, se despeja la incógnita, casi certeza, que algunos llevamos semanas planteando; a saber: que la obra estaba presumiblemente compaginada desde octubre y que tanto la reunión de la Comisión Interacadémica en San Millán de la Cogolla a inicios de noviembre como la de la Comisión Permanente de la Asale en la FIL de Guadalajara a finales del mismo mes no han sido más que meras escenificaciones del consenso interacadémico. A lo sumo, la polémica desatada por la campaña de márquetin viral lanzada por su coordinador habría podido obligar al Departamento de Español al Día de la RAE y a los colaboradores de las academias americanas a hacerle algunos retoques menores y una última revisión a todo correr. En cuanto a la supresión del capítulo de ortotipografía, podría haberse decidido antes incluso de componer la obra y no habría, por ello, entorpecido el proceso e impedido que la Ortografía estuviera lista para la campaña navideña. El hecho de que la obra estuviera más que precocinada antes de «consensuarla» posibilitará además que Víctor García de la Concha corone con esta guinda su dilatado mandato. La otra guinda que le falta es poder anunciar, el mismo día de la presentación, que habemus nuevo director en la figura de su continuador, Darío Villanueva, en este momento en segunda posición en la primera ronda de votaciones. (Por favor, que gane Blecua; por favor, que gane Blecua...)

Si alguna pista faltara para confirmar la cínica patraña del quehacer interacadémico en pie de igualdad, Casa del Libro (propiedad del Grupo Planeta al igual que Espasa, la editora de la Ortografía) nos la sirve en bandeja. Repuesta la obra en su web en modalidad de preventa —se había ofertado ya en octubre y la quitaron mientras duró la algarabía mediática—, este es el cartelito que se despliega cuando se pulsa el rótulo «Ver detalles», sin duda una rémora de la primera disposición en preventa:

 LIBROS - ORTOGRAFIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

ESPASA-CALPE

Disponible para reserva, la presencia de este icono significa que este libro aún no está a la venta, pero ya puedes reservar tu ejemplar con nosotros. A la venta a partir del 23 de Noviembre. (Fecha sujeta a posibles modificaciones por parte de la editorial). La disponibilidad únicamente se refiere a casadellibro.com, y el cobro de tu pedido se realizará en el momento de su envío.

 

Es decir, que Casa del Libro, por indicación de Espasa, y esta a su vez por indicación de la RAE, ya daba por hecho en octubre que la nueva Ortografía académica estaría impresa y lista para distribución el 23 de noviembre, menos de tres semanas después de la reunión de la Comisión Interacadémica en San Millán para debatir el texto básico y una semana antes del encuentro de directores de academias en Guadalajara para darle el visto bueno definitivo.

Miren por dónde que, sin comerlo ni beberlo, al mantener la primera fecha de venta (23 de noviembre) Espasa y la RAE no sólo se ponen en evidencia, sino que se postulan para pasar a la historia como los inventores de la venta retroactiva, del viaje en el tiempo y no digo yo que también del condensador de fluzo. Y al tiempo que no rebauticen a Víctor García de la Concha como Víctor García De Lorean (o Del Orean).

 

Silvia Senz (que se ha ganado una cerveza de importación y unas tapas gracias al numerito académico)

¿Un estándar único sin unidad política, económica ni identitaria?

¿Un estándar único sin unidad política, económica ni identitaria?

Los lectores catalanohablantes o catalanoentendedores de este blog, que son muchos, no tendrán dificultad para leer este extracto de una ponencia del ex-corrector y jefe de Edición del diario Avui e integrante de la nueva cabecera Ara, Albert Pla Nualart, cuyo rodaje y preparación profesional (tan rara entre los correctores de castellano en España, y que no se me ofenda Magí Camps...) le han permitido cuestionar el modelo general de lengua que el catalán ha heredado de Pompeu Fabra. Para los que no puedan leer con facilidad este texto se lo he traducido abajo.

Verán los lectores que, pese a que se está hablando del estándar (o más bien del modelo de lengua culta) de una lengua minorizada (que no minoritaria), largamente interferida por el castellano, y de los intentos de conformar una lengua formal de referencia general para todo el (fragmentado) territorio de habla catalana, los asuntos que se plantean son también trasladables al castellano.

No somos muchos los correctores, editores o traductores de o al español que, como Albert para su lengua de trabajo, solamos plantearnos el modelo de lengua culta con que contamos, su evolución, su adecuación a las necesidades de los hablantes, de la comunicación internacional y científica o de ciertos sectores económicos, o incluso la posibilidad de que continúe siendo único en un territorio lingüísticamente tan diversificado y tan desconocido, identitariamente tan complejo, y sin unidad política ni convergencia verdadera de intereses, más allá de la política panhispánica que se promueve desde España y de la estructura de la asociación de academias.

Vaya, no es que no seamos muchos los que nos planteamos estas cuestiones: es que somos cuatro gatos, de este lado del Atlántico (sobre todo) y también del otro. Y eso es tremendamente empobrecedor para nuestra labor, porque nos convierte en meras correas de transmisión de un ideal de lengua que a menudo ni siquiera comprendemos y que probablemente no compartiríamos si lo entendiéramos, cuando podríamos ser la avanzadilla de ciertos cambios necesarios en el tratamiento del lenguaje escrito o del hablado de los medios sujetos a controles de calidad.

Puesto que algunos de los profesionales que podríamos contribuir a este debate en torno al castellano estamos vetados en los escasos foros de los organismos normalizadores «oficiales», tal vez la recién creada lista LUN (ya con un centenar de miembros de ambas orillas, en su mayoría del mundo profesional y universitario) sea un lugar donde iniciar ese necesario diálogo.

Aquí el aleccionador (por su capacidad de cuestionamiento) texto de Nualart:

 

sábado 4 de diciembre de 2010

¿Estándar único sin unidad política?

por Albert Pla Nualart

[...] Crear un estándar tras unas paredes gruesas y rodeado de sabios que rebuscan en libros, o incluso enseñarlo en unas aulas a unos alumnos que sólo quieren aprobar, no es lo mismo que convencer a aquel escritor, actor o presentador de que aquello que dice o escribe no está bien. Los académicos se revisten de autoridad, tienen la sartén por el mango. Los correctores tienen sólo la fuerza de sus argumentos, y eso los hace conscientes, dolorosamente conscientes, de la debilidad de algunos argumentos que, dictados desde la academia, parecen impecables.

Los correctores lidiamos con dos frases: «Eso no lo dice nadie», «Eso lo dice todo el mundo». Lo que no dice nadie es lo que queremos que digan. Lo que dice todo el mundo es lo que queremos que no digan. Y en este esfuerzo a contracorriente vemos que nuestro crédito, por momentos, hace aguas.

Y la pregunta que todos nos acabamos haciendo, si no somos abúlicos, es la siguiente: ¿cuál es la distancia razonable entre el estándar, entendido en el sentido amplio (con todos los registros), y la lengua que a los hablantes a quienes corregimos les brota de dentro?

Hay una respuesta académica clara: justamente porque a cada hablante le sale de dentro una lengua diferente es necesario un estándar inevitablemente convencional que unifique esta diversidad, que sea la lengua de todos sin ser la de nadie.

Con este argumento podemos hacer callar a un alumno en un aula, pero al corrector no lo convence. Y no lo hace porque lo que él ve a diario es que parte del estándar que tiene que vender no es —en efecto— la lengua de nadie; es un puro artificio, mientras que parte de lo que les sale a los corregidos tiene una gramática y una unidad que, si conformaran el estándar, le ahorrarían a él muchos quebraderos de cabeza y harían que todo el mundo se sintiera más cómodo hablando correctamente.

Entonces el corrector, si tiene inquietudes intelectuales, se pregunta: ¿qué ha llevado a este artificio?, y: ¿qué impide que un uso general, arraigado y no interferido, conforme la lengua correcta? Y para contestarlo intenta entender qué pretendía Pompeu Fabra cuando codificó la lengua.

Y constata que Fabra separa el estándar, más de lo que habría hecho falta, de la lengua espontánea de la mayoría por tres razones: a) no acepta parte de la evolución de la lengua a partir del siglo XV; b) quiere elaborar un único estándar para el conjunto del dominio lingüístico (con algunas variantes morfológicas); y c) tiene un ideal de lengua lógica que es extrínseco a la lógica de la lengua.

Estas tres razones se mezclan y se confunden en algunas de las normas, sobre todo sintácticas (por ejemplo, la distribución de per y per a o la norma del cambio y caída de preposiciones), que hoy crean más problemas a los usuarios.

La tercera razón ya la he pronunciado con la crítica a dintre y la primera suscita dos preguntas bien obvias. Una: ¿como podemos diferenciar la evolución genuina del envilecimiento (así lo llama Fabra) en los cambios que experimenta el catalán a partir del siglo XV? Y la otra: ¿el estándar se tiene que basar en la lengua que hablamos o en la lengua que habríamos podido hablar si la historia hubiera sido otra?

Pero es la segunda razón en la que querría centrarme en esta comunicación: la de conformar un estándar único con algunas veleidades polimórficas.

Sabemos que un estándar único puede hacerse de dos maneras: haciendo convergir todos los dialectos en lo que podríamos nombrar estándar composicional o basándolo en un solo dialecto, que, por lógica, parece que tiene que ser el de más peso demográfico, económico y social.

¿Y qué hizo Fabra? Un poco de todo. Desde unos inicios muy barcelonistas fue abriendo el abanico hasta que al final el estándar quería y no podía, se basaba en el central pero no del todo. Y, más que mezclar dialectos, mezclaba —sobre todo en algunos puntos de sintaxis— formas antiguas con formas modernas, partiendo de la base de que un camino superador de la diversidad dialectal pasaba por depurar (un eufemismo de descastellanizar): construir el catalán hipotético que habría tenido un país soberano, tomando como base la lengua medieval y como referente las otras lenguas románicas.

En el estándar final, por suerte, también pesó mucho el realismo. Y el estándar que tenemos hoy en Cataluña baja al suelo más de lo que permitirían suponer estos presupuestos teóricos.

Ahora bien: allí donde el estándar pretendía ser más composicional es donde más ha fracasado y fracasa, es donde la norma no se interioriza, no se traslada a la lengua oral y se convierte, en definitiva, en un obstáculo que impide a muchos profesionales ser lingüísticamente autónomos. [...]

Hay una diferencia fundamental entre lo que hoy entendemos por estándar y lo que entendía Fabra por lengua literaria. Fabra nunca concebía que los usos marcadamente coloquiales formaran parte del estándar. Al principio del siglo XX, el uso público se asociaba sólo a registros formales.

Pero si el estándar es la variedad adecuada para dirigirse a todo el dominio lingüístico, hoy tiene que incluir todos los registros. Porque en los modernos medios de masas tienen más peso los registros informales que los formales.

Pongo siempre el mismo ejemplo. Muchos filmes extranjeros doblados al catalán contienen escenas de un registro informal y marcadamente coloquial. Por un principio elemental de verosimilitud estas escenas no se pueden traducir a un estándar artificioso. Al espectador de Barcelona le chirría que un hispano del Bronx, para decir «li va dir que vingués» diga «li ho va dir» [y no el incorrecto «l’hi va dir», que él diría].1Parecería un hispano del IEC.

Pero cuando el espectador de Valencia oye este «l’hi va dir» y no el «li ho va dir» que él diría, sabe que el hispano habla como si fuera de Barcelona y eso, dependiendo de complejos factores sociales, culturales y políticos, también lo puede hacer sentir muy incómodo.

Lo que a mí me parece claro es que hoy el estándar se tiene que basar en un dialecto real y no en una mezcla de dialectos, y que por el peso que tiene la lengua oral, no se tendría que apartar mucho (especialmente en sintaxis) de los usos orales mayoritarios de aquel dialecto. Siempre entendiendo que la interferencia del castellano tiene que quedar excluida.

Pensar que alguien hará un uso de per y per a o de los pronoms febles sustancialmente diferente según el grado de formalidad con que hable me parece una ingenuidad. La sintaxis es demasiada inconsciente para que se pueda pedir al hablante este nivel de autocontrol.

Excluida la posibilidad de un estándar composicional o convergente, la gran pregunta es: ¿podemos convertir el estándar basado en el central en lo único de todo el dominio lingüístico?; ¿es bueno que lo hagamos? [...]

Nadie duda de que, para la supervivencia del aranés o del gallego, aceptarse como variante dialectal del occitano o el portugués habría evitado su lenta disolución en las lenguas vecinas. Pero éste es un argumento racional que poco puede hacer ante la resistencia emocional a sacrificar identidad. Sólo la coerción institucional puede vencer esta resistencia.

Para catalanes y valencianos someterse a un único estándar, sea el valenciano o el catalán, daría más opciones de futuro a la lengua. Pero éste, vuelvo a decirlo, es un argumento racional que mueve a bien poca gente. Y el peligro de apoyar la normalización en este argumento es que anime tan poco que la lengua muera por falta de uso.

Mientras la realidad sea la que es, hará mucho más por la vitalidad del valenciano un estándar en que los hablantes se reconozcan y se identifiquen que uno basado en el barcelonés o creado con el artificio composicional. Y exactamente lo mismo podemos decir del estándar de Cataluña o de las Baleares.

Pero en Valencia, donde la lengua tiene una salud mucho más precaria que en Cataluña, darse cuenta de eso, no equivocarse de estrategia, es una cuestión de vida o muerte. Ahora es la hora del uso, de la extensión del uso.

Si algún día se crea, como de hecho en parte ya existe, un mercado único o un universo mediático único para todo el dominio catalán, que pida la existencia de un supradialecto único, las leyes de este mercado seguramente acabarán decantando la balanza a favor del dialecto más potente en aquellos usos de la lengua de ámbito más general.

Mientras tanto, el diálogo y el respeto mutuo entre el Institut d’Estudis Catalans y la Acadèmia Valenciana de la Llengua parece la vía más inteligente y eficaz de defender la lengua común.


Extracto de la comunicación titulada «El estándar único sin unidad política o el carro delante de los bueyes», pronunciada en la II Jornada sobre el Valenciano, «Pedagogía (lengua y literatura), uso social y normativa», organizada por la asociación Mesa de Filología Valenciana, Alzira, 23 de octubre del 2010.

1 Este mismo efecto causaría que en un doblaje hecho en España, para decir “Les dijo que vinieran” a un hispano del Bronx se le haga decir “se lo dijo” en lugar de “se los dijo”.

 

Silvia Senz

La riquesa de les llengües, 15: el cervell dels bilingües

La riquesa de les llengües, 15: el cervell dels bilingües

[Anterior nota de la sèrie: La riqueza de las lenguas, 14: alternativas a la lengua común como vehículo de intercomunicación]

 

— [...] Per cert, com funciona el cervell d’un nen bilingüe? Laurent Sagart diu que el plurilingüisme és el futur de l’home.

— A França, sovint en fem un gra massa perquè des de l’escola de Jules Ferry solem ser monolingües. Però el bilingüisme és una situació normal per tot arreu —a Catalunya, per exemple, per quedar-nos prop de casa. Amb les tècniques d’imatge, és molt interessant observar què passa en el cervell dels bilingües quan parlen la seva primera llengua o la segona. En l’adult, veiem que en la zona frontal s’activen dues regions diferents segons si parla en una llengua o en l’altra. En canvi, pel que fa a la comprensió del llenguatge, no s’ha trobat cap diferència visible, si més no de moment, en els bilingües «de debò»: sembla que utilitzen exactament les mateixes regions tempoparietals de l’esquerra per a les dues llengües. En els «falsos» bilingües —tots els qui parlen una segona llengua però amb més dificultats que la llengua materna—, es troben totes les configuraciones possibles, incloent-hi una separació total de les regions actives entre les dues llengües: la llengua materna a l’esquerra i la segona llengua a la dreta! Com si hi hagués una estructura única per aprendre la primera llengua, i després el cervell optés entre diferents estratègies possibles, potser en funció dels mètodes d’aprenentatge o de l’edat. Evidentment, queda una qüestió per resoldre: ¿els bilingües perfectes utilitzen les mateixes regions cerebrals esquerres en les dues llengües perquè han esdevingut igual de competents en una llengua i en l’altra, i, per tant, ja no necessiten les regions accessòries, o són perfectament bilingües perquè des del principi han optat per una estratègia eficaç basada en les regions cerebrals esquerres? Sempre ens trobem amb la història de l’ou i la gallina.

Ghislaine Dehaene, a La història més bonica del llenguatge (trad. d’Anna-Maria Corredor), Barcelona: Edicions de 1984, 2009, pp. 170-171.


Trobareu informació més especialitzada als webs dels grups de recerca de quatre universitats del País Vasc, el País Valencià i Catalunya: La mente bilingüe: adquisición, percepción, procesamiento y representación y Consolider 2010 - Bilingualismo, Neurociencia y Cognitiva. Vegeu-ne la presentació (en castellà) feta a la UIMP per una de les seves investigadores principals, la Núria Sebastián:

 

 

Silvia Senz

La Generalitat de Catalunya, ¿sense web?

La Generalitat de Catalunya, ¿sense web?

Heu provat d’entrar al web de la Generalitat? No es pot (si més no, jo no puc), des de fa dies. No funciona cap pàgina. No he trobat qui ho justifiqui.

Com enyoro l’Optimot...

 

S. Senz

Missatges subliminals al Polònia

Minut 1.44: fixeu-vos en les lletres de la matrícula del cotxe de la Chacón:

 

Nueva lista de debate y consulta LUN: lengua, uso y norma

Para encauzar los debates y consultas más extensos surgidos de este blog y de otras páginas afines, he creado el grupo LUN. Esta es su descripción:

LUN (lengua, uso y norma) es un grupo de debate y consulta sobre los usos, normas, políticas e identidades de la lengua castellana, dirigido a profesionales, especialistas e interesados en estas materias. No es un grupo dedicado a la defensa y promoción idiomáticas.

Podéis daros de alta cuando gustéis. Ya decidiremos quién lo modera. Es necesario tener una cuenta en Google.

 

Silvia Senz

Salvador Gutiérrez (RAE) ehtá atacao

Salvador Gutiérrez (RAE) ehtá atacao

Y no hay para menos. Van los directores de las academias americanas y, al pobre coordinador de la Ortografía, Salvador Gutiérrez Ordóñez, principal responsable del innecesario invento, me le quitan dos capítulos enteritos del mamotreto a menos de tres semanas de su anunciada publicación (según la fecha de expedición en la FNAC, a menos de tres días).

Sí, sí: aquí tienen el nuevo índice de la obra que la RAE acaba de prepublicar, sin los capítulos (IX y X) de ortotipografía que se incluían antes de aprobarla.

Hala, pues. Si la tenían ya acabada, van a tener que remangarse y recompaginarla y corregir pruebas de nuevo, lo que hace aún más imposible que nunca sacarla al mercado en diciembre. El milagro necesario es tan evidente que hasta la prensa lo pone de manifiesto. Vean la entrevista que acaban de hacerle a don Salva y lo que termina por confesar al periodista: 

SGO (RAE): [...] Me han encargado la ortografía, que felizmente se ha aprobado por unanimidad por parte de las 22 academias de la lengua española de todo el mundo, y que ahora entra en máquinas, pero antes hay que corregir pruebas, hay que hacer adaptaciones y tendrá que sufrir un largo proceso que acabará a mediados o finales de diciembre. [...]

Entrevistador: Apenas cuentan con un mes desde su aprobación este mismo domingo hasta que salga a la calle publicada. ¿No es un plazo un poco suicida?  

SGO (RAE): (Ríe) Es muy corto. No sé si llamarlo suicida pero estamos a punto de estrellarnos.

 

Vaya que sí. Ya me lo figuro al pobre, desesperado, arrancándose por lo Martirio, con esta adaptación de su Sevillana de los bloques:


¡Ehtoy atacao, ehtoy atacao!

Ehtoy atacao,

mal palo en lah cohtilla’ a ti te den, Bivalvo,

riapitá, mira qu’ehtoy atacao,

por loh traguitoh que tú me hase de pasá.

Cohé la puerta,

estoy na máh deseandito,

riapitá, mira, de cohé la puerta,

y salí, ¡salí corriendo como lah loca’!

¡Ehtoy malo de loh nervio’!,

¡ehtoy malo de loh nervio’!

¡Ay qué jartura, Dioh mío,

riapitá, mira que me voy a la calle a pegá chillío’ (con che)...!

 

 

Silvia Senz (Riapitá)

Y no hay para menos. Van los directores de las academias americanas y, al pobre coordinador de la Ortografía, Salvador Gutiérrez Ordóñez, principal responsable del innecesario invento, me le quitan todito un capítulo del mamotreto a menos de tres semanas de su anunciada publicación (según la fecha de expedición en la FNAC, a menos de tres días). Sí, sí: aquí tienen el nuevo índice de la obra que la RAE acaba de prepublicar, sin el capítulo de ortotipografía que se incluía antes de aprobarla. Hala, pues. Si la tenían ya acabada, van a tener que remangarse y recompaginarla y corregir pruebas de nuevo, lo que hace aún más imposible que nunca sacarla para diciembre. El milagro necesario es tan evidente que hasta la prensa lo pone en evidencia. Vean la entrevista que acaban de hacerle a don Salva y lo que acaba confesando al periodista:

SGO (RAE): Me han encargado la ortografía, que felizmente se ha aprobado por unanimidad por parte de las 22 academias de la lengua española de todo el mundo, y que ahora entra en máquinas, pero antes hay que corregir pruebas, hay que hacer adaptaciones y tendrá que sufrir un largo proceso que acabará a mediados o finales de diciembre.
Entrevistador: Apenas cuentan con un mes desde su aprobación este mismo domingo hasta que salga a la calle publicada. ¿No es un plazo un poco suicida?
SGO (RAE): (Ríe) Es muy corto. No sé si llamarlo suicida pero estamos a punto de estrellarnos.

Vaya que sí. Ya me lo figuro al pobre, desesperado, arrancándose por lo Martirio, con esta adaptación de su Sevillana de los bloques:

¡Ehtoy atacao, ehtoy atacao!
Ehtoy atacao,
mal palo en lah cohtilla’ a ti te den, Bivalvo,
riapitá, mira qu’ehtoy atacao,
por loh traguitoh que tú
me hase de pasá.
Cohé la puerta,
estoy na máh deseandito,
riapitá, mira, de cohé la puerta,
y salí, ¡salí corriendo como lah loca’!
Ehtoy malo de loh nervio’
¡ehtoy malo de loh nervio’!
¡Ay qué jartura, Dioh mío,
riapitá, mira que me voy a la calle a pegá chillío’ (con che)...!



Silvia Senz (Riapitá)