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Corre, corre, que te pillo. Peri Rossi y sus persecuciones lingüísticas

Corre, corre, que te pillo. Peri Rossi y sus persecuciones lingüísticas

Después de muchos días sin ojear ni prensa ni red ni ningún otro medio, me doy de bruces con la polémica lingüística de turno (el caso Peri Rossi, tratado ampliamente en diversos lugares, desde puntos de vista bien dispares: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9...) y observo con especial asombro el entusiasmo con el que algunas de las bitácoras que suelo frecuentar se suman o promueven la hábil campaña de denuncia de «persecución lingüística» (recogida en este blog, que no admite comentarios y sólo muestra adhesiones y notas de prensa favorables, por cierto) de esta escritora uruguaya afincada en Barcelona y tan políglota como renuentemente no catalanohablante.

No voy a comentar cómo esas páginas pasan de puntillas sobre uno de los aspectos más turbios de este asunto: la propia actitud y estrategias desplegadas por la intelectual uruguaya. Cada cual es libre de mirar las cosas desde el lado del espejo que prefiera o según le brote el sentimiento solidario.

Pero me llama, eso sí, la atención que, queriendo o sin quererlo, se contribuya en todas ellas a la expansión de las habituales falacias pseudolingüísticas que la llamada brunete/yijad/kaleborroka mediático-política —versión nacionalista española, de la que algunos de los propios partidarios de Peri Rossi dicen querer desmarcarse— suele desplegar en torno a la vida de las lenguas y a las aspiraciones de los hablantes, especialmente cuando se trata de cargar contra las políticas lingüísticas de las zonas catalanohablantes.

Los tópicos de esta facción, además de por su retórica cargada de connotaciones despectivas y criminalizadoras del contrario —porque lo que plantean es una guerra abierta por la hegemonía lingüística—, se caracterizan por no someter nunca a consideración aspectos tan básicos en la valoración de una política lingüística como el tipo de trato político y legal que requiere cada lengua —todas las lenguas en un entorno político estructurado lo tienen, y cada lengua y situación social requieren su política— y el que necesita la catalana en concreto, que es, en casi toda su área, una lengua minorizada, a veces minoritaria, en plena indefensión o en constante amenaza de recesión y sustitución lingüística, que convive con muchas otras lenguas, oficiales o no, en muy diversas, cambiantes y trascendentales situaciones de comportamiento sociolingüístico y uso por parte de sus hablantes.

Esos tópicos no se paran jamás a pensar en que la normalización de esta lengua —cuyo proceso de planificación implica, entre otros agentes normalizadores, a los medios de comunicación audiovisual públicos, que tienen el catalán como lengua vehicular de sus trabajadores en antena— es y ha sido, al menos en Cataluña, ampliamente demandada por su sociedad civil, que está supuestamente amparada por acuerdos (1, 2, 3, 4...) ratificados por el Reino de España —acuerdos que los diversos responsables de PL de las lenguas minorizadas de España han de ir recordando—, y que su situación, hoy, exige fórmulas de acomodación a circunstancias de convivencia mucho más complejas de lo que se quiere mostrar: la lengua catalana, como tantas otras, ha de enfrentar en el siglo XXI los retos culturales de la globalización (que ponen en juego los derechos lingüísticos de centenares de comunidades inmigrantes, en Cataluña y en todo el mundo); ha de habérselas para salir adelante con una de las principales lenguas francas del mundo, con todas las enormes desventajas que eso le supone, y en un entorno de política lingüística estatal muy hostil y completamente favorecedora de una identidad española marcadamente fundamentada en la lengua castellana, esa «patria común».

Estos tópicos, además, jamás atienden a la manera en que las personas viven sus lenguas y a la manera en que esperan vivirlas; algo que incluye la difícil, pero igualmente respetable aspiración de mucha gente a vivir plenamente en catalán (lo que no implica renunciar al plurilingüismo, algo imposible aunque sea por meras razones pragmáticas). Una aspiración que, vista la miope y mercantilista actitud de medios, industrias (también editoriales) y servicios, y de la propia política lingüística y cultural estatal, requiere por parte de la administración catalana medidas que garanticen esos servicios y esos medios en catalán que el mundo empresarial no quiere suministrar en la debida medida a los ciudadanos. Para el capital privado (cuya principal patria es el dinero), el mercado en español (en UN español, que no es la historia glotopolítica de esta lengua amiga de su intradiversidad, ni siquiera en el Uruguay natal de Peri Rossi; o lo es sólo como medida diplomática) siempre le resulta mucho más amplio y lucrativo que el catalán. Puesto a hacer apuestas productivas, siempre primará la vehiculizada en la lengua hegemónica más a mano. Y por esto, qué curioso, nadie se rasga las vestiduras.

Silvia Senz (Sabadell)

11 comentarios

Quincaller -

Anna, por un lado te doy la razón: la gente siempre busca la forma de entenderse, tiene sus mecanismos que no son nuevos ni requieren codificación científica ni mucho menos un marco legal. Empero, lo que está en juego aquí es la hegemonía, concretamente, la hegemonía del castellano. Para muchos hispanioles, incluidos muchos catalanes, jamás se debe conceder la hegemonía al castellano: simetría o nada. Comprenderás que la otra opción daría como resultado infalible el de acabar como "vejado feliz". Muchos hispanioles no castellanos no quieren ser vejados, no ven allí el camino hacia la felicidad. Que todo el mundo sepa hablar castellano no tiene nada que ver con nada, aunque comprendo que a ti te reconforte; no tendrías esa posibilidad en Italia, en Francia o en Portugal, por lo que debes considerarte afortunada. No estamos hablando de la lengua como vehículo de comunicación, sino de expresión. Si algún catalohablante te habla en castellano, lo hará porque tú no sabes catalán, pero no tiene obligación de hacerlo. Si ese catalanohablante va a los madriles y habla en catalán, ¿qué pasa? Si ese catalanohablante llama a un programa de radio de los madriles y habla en catalán, ¿qué pasa? En fin, que no hay simetría. Los catalanes y los otros hispanioles de lengüitas hablan dos lenguas, mientras que los castellanohablantes puros sólo hablan una. Ahí falta la simetría. La simetría no se puede comprometer, ni con el engañoso "bilingüismo armónico" de mis paisanos gallegos ni con ningún bilingüismo.

Anna -

Pues yo creo que es un error prescindir de colaboradores que sólo hablen castellano y no me voy a meter en disquisiciones politico-sentimentales, voy a exponer mi propia experiencia.
Yo llevo tres meses viviendo en Barcelona y, sinceramente, me cuesta ponerme a ver/oír un programa totalmente en catalán, que se puede entender sobre todo si se habla despacio, pero que exige un plus de nivel de atención y al final uno desiste por agotamiento. Al haber alguien que hable castellano aparte de servir para comprobar que efectivamente se comprende de forma correcta, se descansa y se mantiene el interés.
Yo creo que el bilingüismo en los medios acerca y quiero creer que sí existe interés de llegar a la mayoría de gente posible, gente a la que hay que dar facilidades para propiciar su acercamiento.
Qué quieren, creo que constituye todo un espectáculo personas con lenguas distintas hablando de temas comunes sin mediar traducciones, cada uno expresándose como mejor sabe hacerlo en su propia lengua. Porque esa situación no es de tolerancia, sino de respeto y de convivencia de igual a igual. Y es la tónica general que he encontrado en mi corta experiencia en esta ciudad, y me gustaría mucho que continuara así.

Sonia Teruel -

RTVE sigue hoy lo que marca la política lingüística y económica española (que ya sabéis que son una misma cosa hoy): buscar posicionamiento en Iberoamérica. Ved en qué andan EFE y RTVE:
EFE i RTVE:
http://www.fundeu.es/Noticias.aspx?frmOpcion=NOTICIA&frmFontSize=2&frmIdNoticia=1255

Álvaro Huete Schicci -

Algunos acuerdos ratificados por España de protección de su diversidad lingüística y cultural:
http://www.lexureditorial.com/boe/0109/17500.htm
http://www.egt.ie/udhr/udlr-es.html
http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=13066&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

Álvaro Huete Schicci -

Como complemento del artículo de Serra, copio aquí la legislación que regula la actuación de RTVE y de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (para la que trabajaba Cristina peri Rossi).

De RTVE:
http://www.rtve.es/archivos/70-2041-FICHERO/Ley.pdf

El artículo 3 en cuanto a la encomienda de este ente, como servicio público, dice que ha de:
e) Promover la cohesión territorial, la pluralidad y la diversidad lingüística y cultural de España.

g) Editar y difundir canales radiofónicos y de televisión de cobertura internacional que coadyuven a la proyección hacia el exterior de las lenguas y culturas españolas y a la adecuada atención a los ciudadanos españoles residentes o desplazados en el extranjero.

n) Fomentar la producción de contenidos audiovisuales europeos y en lenguas originarias españolas y promover la creación digital y multimedia, como contribución al desarrollo de las industrias culturales españolas y europeas.
Sólo una parte de esto se cumple. Si no me equivoco, Radio Exterior de España sí emite en las lenguas cooficiales. En cambio no es nada corriente ver la diversidad lingüística y cultural española en las emisiones del ente para toda España. Cuando se oye a alguien manifestarse en lengua galaico-portuguesa, vasca o catalana en las emisiones generales, por empeño de expresarse en su lengua, según su derecho legal y moral, a menudo no faltan quienes lo califican de “provinciano”.

En el artículo 7 (y esto sí se cumple en la práctica, con las desconexiones territoriales), se dice:

4. La Corporación RTVE contará con la estructura territorial necesaria para atender la adecuada prestación de sus funciones de servicio público, proveer de contenidos regionalizados a la realidad estatal, contribuir al desarrollo de la cohesión interterritorial, atendiendo el hecho insular y las condiciones de regiones ultraperiféricas. Las desconexiones se harán en la lengua propia de las CC.AA.


Las leyes que afectan a lo audiovisual público en Cataluña (competencia exclusiva de la Generalitat) están aquí:
http://www.ccrtv.cat/regulacio/regulacio_legislacio_sectorial_cat.htm

La que regula la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió ( LLEI 10/1983, de 30 de maig, de creació de l'ens públic Corporació Catalana de Ràdio i Televisió i de regulació dels serveis de radiodifusió i televisió de la Generalitat de Catalunya), que es el ente de la televisión y radio públicas de Cataluña, establece claramente el objetivo normalizador de este ente y su lengua vehicular entre los principios que afectan a su programación (artículo 14):

e) La promoció de la llengua i de la cultura catalanes.

Esta Corporación se rige por esta Carta de Principios: http://www.ccrtv.cat/regulacio/Principis%20actuacio.pdf
El apartado 3.2 de esta Carta de Principios se dedica por completo al tema de la lengua y deja claro que este ente actúa como organismo de política lingüística y que su lengua vehicular (la de los profesionales que trabajan en ella, pues) es el catalán (y se especifican también criterios de variedad dialectal y calidad de la lengua). A este respecto dice (en traducción mía, y disculpad que no lo traduzca todo, pero es muy largo):

- Los locutores, conductores, entrevistadores y colaboradores fijos, así como las personas contratadas por las empresas de la CCRTV (con contrato laboral, mercantil o por obra determinada) utilizarán siempre la lengua catalana cuando estén en antena. El uso de otras lenguas será excepcional y motivado, recomendando siempre que sea posible la traducción simultánea.

He de decir, como oyente y televidente, que este último punto se cumple habitualmente a medias. Un caso es el de la propia Peri Rossi, que llevaba años incumpliendo este principio de la Corporació. Y hay locutores que hacen las entrevistas a los invitados castellanos que no entienden catalán siempre en castellano (se me ocurren los casos de Albert Om o Mònica Terribas), sin echar mano de la traducción simultánea, mientras que los hay que sí usan las traducción simultánea sistemáticamente (el caso de Ramon Colom, por ejemplo, que estuvo años dirigiendo RTVE, precisamente).
Recomiendan también que, entre un invitado catalanohablante y otro en otra lengua, ambos de calidad equiparable, se opte por el primero. La verdad es que esto se cumple muy poco, diría yo. Hace poco estuve viendo con mis sobrinos un programa en TV3 de música para niños, L’Atrapasons, y los invitados eran unos rappers que cantaban en castellano, habiendo muy buenos raperos en distintas variedades del catalán (http://www.ritmes.net/pritmes/rtItem.jsp?hiItemId=101722169&hiEstil=rbhiphop&hiItemNom=reportatges). Casos así abundan.
De hecho, leyendo las consideraciones respecto al tema "lengua" de la Carta de Principios de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió veo que hay bastante distancia entre praxis y ley, en favor del castellano.
En el caso de Cristina Peri Rossi se aplicó, creo que por interés partidario (de los dos partidos nacionalistas catalanes, que juntos conforman una mayoría del arco parlamentario catalán), la parte de la ley que afecta a los que cobran por trabajar en los medios de la Corporació. Por las mismas razones de interés político (pero de otro partido, el socialista que ostenta la presidencia de la Generalitat) se le ofreció la readmisión. Lo absurdo del caso es que la ley no se aplicara desde el primer momento y que sirve para saltársela olímpicamente.
Sigo con la legislación en esta materia:
Existe además una ley que regula las relaciones entre RTVE y los distintos entes de radiotelevisión de las comunidades con lengua propia:
http://217.116.15.226/xml/disposiciones/min/disposicion.xml?id_disposicion=31922&desde=min

Anaïs -

Aquí se'n parla més de les implicacions d'aquest afer:
http://blocs.mesvilaweb.cat/node/view/id/66406

Sonia Teruel -

Quim Monzó declaraba hoy en "Els matins de TV3" que esto de la persecución lingüística del castellano en Cataluña viene a ser como querer mostrar a la gente el negativo de una foto como lo fidedigno, lo real, cuando lo real es su copia en positivo.

Montse -

Gracias, Álvaro.
El artículo de Serra se está meneando en La Coctelera:
http://www.lacoctelera.com/reggio/post/2007/10/09/peri-grulli-marius-serra-la-vanguardia

Álvaro Huete Schicci -

Màrius Serra hizo este comentario ayer, en su Runrún de La Vanguardia, que explica aspectos de este asunto tan básicos y obvios que son de "peri grulli":

Peri Grulli
(por Màrius Serra)

Advierto al lector que este runrún sobre el caso Peri Rossi contiene algunas perogrulladas. La primera es que las cuestiones profesionales deberían ser analizadas con criterios profesionales. Eso fue lo primero que pensé cuando trascendió que la escritora uruguaya afincada en Barcelona desde hace tres décadas no seguiría contratada en un programa de Catalunya Ràdio porque no sabe expresarse en catalán. Me pareció lógico. Nadie va a contratarte en la RAÍ si no sabes expresarte en italiano ni en la BBC si no hablas inglés, lenguas que por otro lado se pueden aprender en menos de treinta años. Acto seguido recibí un correo electrónico del admirado escritor cubano Rolando Sánchez Mejías, afincado en Barcelona desde 1997, en el que me decía, literalmente: "¡Qué lindo el nuevo fascismo catalán, incluso no lo parece, oculto en su ropaje nacionalista!". Caray. Leí con interés el manifiesto subsiguiente y me admiré ante los heroicos anuncios de boicot a la Corporació por parte de dos tertulianos habituales. También seguí con curiosidad la extensión parlamentaria del conflicto y las consecuencias que ha suscitado.
Tanto interés por mi parte tiene una explicación muy sencilla: la radio es una profesión que practico. En 1989 Xavier Sardà me contrató para trabajar en "La bisagra", de RNE, y ya no he parado, siempre en castellano. Hará ya una década que Gaspar Hernández me contrató un verano para colaborar en "El matí de Catalunya Ràdio", y así hasta hoy, siempre en catalán.
En todos los ámbitos profesionales se exigen conocimientos. Las aptitudes de cada candidato son determinantes para que alguien decida ofrecerle un salario por sus servicios. ¿Puedo trabajar para un diario digital si no sé ni abrir un ordenador? En el mundo audiovisual, la lengua es uno de los más importantes. La temporada pasada, yo no podría haber trabajado de olaborador en el programa de La 2 Enfoque si no hubiese sabido expresarme en castellano. ¿Era eso fascismo oculto en ropaje nacionalista? Claro que no. Pero cabe recordar que RTVE es un ente público que diez millones de catalanohablantes ayudamos a financiar, y en cuyas emisiones generales no salen nunca ciudadanos españoles hablando en lenguas no castellanas. Cabe recordar también que en los medios públicos catalanes los ciudadanos hablan tranquilamente en castellano: llaman por teléfono, responden a encuestas en la calle, son entrevistados... Nadie parece interesado en informar de eso. Como tampoco nadie recuerda que el reparto lingüístico de la oferta audiovisual en Catalunya está 80-20 para el castellano. ¿Quién es ciudadano de segunda aquí?
Si una escritora de la pericia de Peri Rossi llevara treinta años en Los Ángeles, ciudad en la que es posible vivir en castellano, ¿no hubiese aprendido a hablar en inglés? Tal vez no. La gran Miriam Gómez, viuda de Guillermo Cabrera Infante, nunca quiso aprenderlo demasiado, a pesar de vivir en Londres, pero no me la imagino de tertuliana en la BBC. La realidad es que quienes protestan ruidosamente menosprecian el catalán y eso no sucede al revés. Monzó y Porcel, nuestros más visibles representantes esta semana en Frankfurt, no sólo no le hacen ascos al castellano, sino que lo dominan. Joan Corominas hizo un diccionario etimológico también del castellano. Si por mí fuera, tampoco renovaría el contrato a muchos tertulianos con los cuatro abuelos catalanes que destrozan el idioma por la radio, que es todo palabra, y encima cobran por ello. Y si creen que eso sólo sucede en catalán, lean "El dardo en la palabra" del gran Lázaro Carreter y verán a cuántos profesionales de la España monolingüe hubiera suspendido de empleo y sueldo el insigne académico. ¿Por qué se le da tan poca importancia a la lengua, a las lenguas, a determinadas lenguas?

Quincaller -

Lo alarmante es que en las emisoras que emiten exclusivamente en castellano (mayoría abrumadora en el reyno) no se oiga ninguna otra lengua, incluidas la catalana, la portuguesa y la vasca. La acusación y el supuesto escándalo sólo pueden echar raíces en la tierra de ese enorme y fértil ombligo castellanohablante, objeto de constante autocontemplación y autoadmiración de los que suelen y de los que se arriman. No están dadas las mínimas reglas de juego para que el catalán y el castellano desempeñen papeles simétricos en el mundo de los medios de difusión. En la Hispania exportadora de castellanos correctos se sigue pensando que hay lenguas (como el castellano) y lengüitas (como el catalán). Esas reglas de juego no resisten el más mínimo análisis, ni desde el punto de vista de la justicia ni del derecho de gentes. Estas acusaciones, en medio del desenfrenado pelotazo lingüístico fomentado, encauzado y recaudado por las autoridades del reyno, serían causa de hilaridad si no fuera por que son eficacísimas. El eco de este incidente minúsculo es una prueba más.

Sonia -

Es curioso que la persecución del catalán está muy ampliamente documentada, mientras que la del castellano en Cataluña siempre se ampara en la demagogia y la falacia:
http://ca.wikipedia.org/wiki/Persecuci%C3%B3_del_catal%C3%A0