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Instituciones y políticas culturales y lingüísticas/Institucions i polítiques culturals i lingüístiques

Espasa y la RAE inventan la venta retroactiva (y el condensador de fluzo)

Espasa y la RAE inventan la venta retroactiva (y el condensador de fluzo)

 

Confirmado por instancias tan altas como la Casa Real que el día 17 se presenta la nueva Ortografía académica a saber si ya con todos los ejemplares impresos o sólo con un puñado de muestra, se despeja la incógnita, casi certeza, que algunos llevamos semanas planteando; a saber: que la obra estaba presumiblemente compaginada desde octubre y que tanto la reunión de la Comisión Interacadémica en San Millán de la Cogolla a inicios de noviembre como la de la Comisión Permanente de la Asale en la FIL de Guadalajara a finales del mismo mes no han sido más que meras escenificaciones del consenso interacadémico. A lo sumo, la polémica desatada por la campaña de márquetin viral lanzada por su coordinador habría podido obligar al Departamento de Español al Día de la RAE y a los colaboradores de las academias americanas a hacerle algunos retoques menores y una última revisión a todo correr. En cuanto a la supresión del capítulo de ortotipografía, podría haberse decidido antes incluso de componer la obra y no habría, por ello, entorpecido el proceso e impedido que la Ortografía estuviera lista para la campaña navideña. El hecho de que la obra estuviera más que precocinada antes de «consensuarla» posibilitará además que Víctor García de la Concha corone con esta guinda su dilatado mandato. La otra guinda que le falta es poder anunciar, el mismo día de la presentación, que habemus nuevo director en la figura de su continuador, Darío Villanueva, en este momento en segunda posición en la primera ronda de votaciones. (Por favor, que gane Blecua; por favor, que gane Blecua...)

Si alguna pista faltara para confirmar la cínica patraña del quehacer interacadémico en pie de igualdad, Casa del Libro (propiedad del Grupo Planeta al igual que Espasa, la editora de la Ortografía) nos la sirve en bandeja. Repuesta la obra en su web en modalidad de preventa —se había ofertado ya en octubre y la quitaron mientras duró la algarabía mediática—, este es el cartelito que se despliega cuando se pulsa el rótulo «Ver detalles», sin duda una rémora de la primera disposición en preventa:

 LIBROS - ORTOGRAFIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

ESPASA-CALPE

Disponible para reserva, la presencia de este icono significa que este libro aún no está a la venta, pero ya puedes reservar tu ejemplar con nosotros. A la venta a partir del 23 de Noviembre. (Fecha sujeta a posibles modificaciones por parte de la editorial). La disponibilidad únicamente se refiere a casadellibro.com, y el cobro de tu pedido se realizará en el momento de su envío.

 

Es decir, que Casa del Libro, por indicación de Espasa, y esta a su vez por indicación de la RAE, ya daba por hecho en octubre que la nueva Ortografía académica estaría impresa y lista para distribución el 23 de noviembre, menos de tres semanas después de la reunión de la Comisión Interacadémica en San Millán para debatir el texto básico y una semana antes del encuentro de directores de academias en Guadalajara para darle el visto bueno definitivo.

Miren por dónde que, sin comerlo ni beberlo, al mantener la primera fecha de venta (23 de noviembre) Espasa y la RAE no sólo se ponen en evidencia, sino que se postulan para pasar a la historia como los inventores de la venta retroactiva, del viaje en el tiempo y no digo yo que también del condensador de fluzo. Y al tiempo que no rebauticen a Víctor García de la Concha como Víctor García De Lorean (o Del Orean).

 

Silvia Senz (que se ha ganado una cerveza de importación y unas tapas gracias al numerito académico)

Salvador Gutiérrez (RAE) ehtá atacao

Salvador Gutiérrez (RAE) ehtá atacao

Y no hay para menos. Van los directores de las academias americanas y, al pobre coordinador de la Ortografía, Salvador Gutiérrez Ordóñez, principal responsable del innecesario invento, me le quitan dos capítulos enteritos del mamotreto a menos de tres semanas de su anunciada publicación (según la fecha de expedición en la FNAC, a menos de tres días).

Sí, sí: aquí tienen el nuevo índice de la obra que la RAE acaba de prepublicar, sin los capítulos (IX y X) de ortotipografía que se incluían antes de aprobarla.

Hala, pues. Si la tenían ya acabada, van a tener que remangarse y recompaginarla y corregir pruebas de nuevo, lo que hace aún más imposible que nunca sacarla al mercado en diciembre. El milagro necesario es tan evidente que hasta la prensa lo pone de manifiesto. Vean la entrevista que acaban de hacerle a don Salva y lo que termina por confesar al periodista: 

SGO (RAE): [...] Me han encargado la ortografía, que felizmente se ha aprobado por unanimidad por parte de las 22 academias de la lengua española de todo el mundo, y que ahora entra en máquinas, pero antes hay que corregir pruebas, hay que hacer adaptaciones y tendrá que sufrir un largo proceso que acabará a mediados o finales de diciembre. [...]

Entrevistador: Apenas cuentan con un mes desde su aprobación este mismo domingo hasta que salga a la calle publicada. ¿No es un plazo un poco suicida?  

SGO (RAE): (Ríe) Es muy corto. No sé si llamarlo suicida pero estamos a punto de estrellarnos.

 

Vaya que sí. Ya me lo figuro al pobre, desesperado, arrancándose por lo Martirio, con esta adaptación de su Sevillana de los bloques:


¡Ehtoy atacao, ehtoy atacao!

Ehtoy atacao,

mal palo en lah cohtilla’ a ti te den, Bivalvo,

riapitá, mira qu’ehtoy atacao,

por loh traguitoh que tú me hase de pasá.

Cohé la puerta,

estoy na máh deseandito,

riapitá, mira, de cohé la puerta,

y salí, ¡salí corriendo como lah loca’!

¡Ehtoy malo de loh nervio’!,

¡ehtoy malo de loh nervio’!

¡Ay qué jartura, Dioh mío,

riapitá, mira que me voy a la calle a pegá chillío’ (con che)...!

 

 

Silvia Senz (Riapitá)

Y no hay para menos. Van los directores de las academias americanas y, al pobre coordinador de la Ortografía, Salvador Gutiérrez Ordóñez, principal responsable del innecesario invento, me le quitan todito un capítulo del mamotreto a menos de tres semanas de su anunciada publicación (según la fecha de expedición en la FNAC, a menos de tres días). Sí, sí: aquí tienen el nuevo índice de la obra que la RAE acaba de prepublicar, sin el capítulo de ortotipografía que se incluía antes de aprobarla. Hala, pues. Si la tenían ya acabada, van a tener que remangarse y recompaginarla y corregir pruebas de nuevo, lo que hace aún más imposible que nunca sacarla para diciembre. El milagro necesario es tan evidente que hasta la prensa lo pone en evidencia. Vean la entrevista que acaban de hacerle a don Salva y lo que acaba confesando al periodista:

SGO (RAE): Me han encargado la ortografía, que felizmente se ha aprobado por unanimidad por parte de las 22 academias de la lengua española de todo el mundo, y que ahora entra en máquinas, pero antes hay que corregir pruebas, hay que hacer adaptaciones y tendrá que sufrir un largo proceso que acabará a mediados o finales de diciembre.
Entrevistador: Apenas cuentan con un mes desde su aprobación este mismo domingo hasta que salga a la calle publicada. ¿No es un plazo un poco suicida?
SGO (RAE): (Ríe) Es muy corto. No sé si llamarlo suicida pero estamos a punto de estrellarnos.

Vaya que sí. Ya me lo figuro al pobre, desesperado, arrancándose por lo Martirio, con esta adaptación de su Sevillana de los bloques:

¡Ehtoy atacao, ehtoy atacao!
Ehtoy atacao,
mal palo en lah cohtilla’ a ti te den, Bivalvo,
riapitá, mira qu’ehtoy atacao,
por loh traguitoh que tú
me hase de pasá.
Cohé la puerta,
estoy na máh deseandito,
riapitá, mira, de cohé la puerta,
y salí, ¡salí corriendo como lah loca’!
Ehtoy malo de loh nervio’
¡ehtoy malo de loh nervio’!
¡Ay qué jartura, Dioh mío,
riapitá, mira que me voy a la calle a pegá chillío’ (con che)...!



Silvia Senz (Riapitá)

Habemus innecesaria ortografía

Habemus innecesaria ortografía

Con la ausencia del director de la RAE, el cónclave de los máximos representantes de las academias de la lengua española concluyó ayer en Guadalajara, con fumata blanca. Por fin, habemus ortografía oficial.

Las polémicas novedades anunciadas se echaron casi en su totalidad atrás: los nombres de las letras sobreviven según su uso nacional; simplemente se le dan al hablante propuestas de unificación sin justificar la utilidad de tal cosa. Ch y ll se siguen considerando dígrafos y, a efectos de alfabetización (no de escritura), quedan incorporadas en las letras c y l respectivamente. La eliminación de tildes diacríticas continúa siendo como en la ortografía anterior: opcional. Sólo hay una novedad que se mantiene: pese al carácter minoritario de la pronunciación diptongada, los vocablos con vocal débil átona (i, u) + vocal fuerte tónica (á, é, ó) se considerarán monosílabos a efectos de tildación, incluso cuando se intercala una h, con lo que el criterio fonetista desaparece por completo de la norma de acentuación de los grupos vocálicos:

Lo que no han suavizado las Academias en la nueva Ortografía es la supresión de la tilde de los monosílabos con acento ortográfico, como sucede en "guión" y "truhán". Según le dijo hoy a Efe Salvador Gutiérrez, director de esta obra, esas palabras no llevarán tilde, aunque se pronuncien con hiato.

"Con estas propuestas las Academias intentan fortalecer la unidad de la lengua", aseveró Moreno de Alba en la multitudinaria conferencia de prensa que tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México.

Visto que no hay prácticamente reforma ortográfica en este nuevo volumen académico, lo que ahora las academias presentan como gran novedad es su extensión y su carácter explicativo. ¿Es este un rasgo realmente novedoso? Sí en la ortografía, pero no en el modelo que sigue la nueva política panhispánica académica, cuyos contornos dibujan un perfil estandarizador borroso, a caballo entre el polimorfismo, el unitarismo y el eurocentrismo, según el caso, con sólo cuatro rasgos nítidos:

1) el carácter mancomunado de la nueva obra académica, pese a que el texto básico se siga redactando en Madrid;

2) la elitista base social de la norma, por la que se sigue manteniendo como criterio de corrección (cuando se da) el prestigio asociado al uso culto;

3) una clara tendencia hacia la laxitud prescriptiva, es decir, hacia la omisión de juicio de valor alguno sobre muchos aspectos de la lengua en uso;

4) la aspiración de legitimidad científica de la obra académica mediante una abundante justificación descriptiva de lo que se dice, a pesar de lo cual las obras académicas siguen obviando la bibliografía empleada, faltando a un principio fundamental (el rigor) del trabajo científico.

Recordemos que los dos primeros volúmenes de la Nueva gramática de la lengua española ya habían iniciado ese camino hacia la prolijidad y el descriptivismo, ignorando con ello la función que les es propia a las academias: la normativa, y prestando al hablante común, al profesional de la escritura y al enseñante un servicio bien magro.

El hablante común necesita obras normativas coherentes y sistemáticas, con explicaciones sencillas y enunciación clara de la norma. Pese al escaso equipamiento con que cuenta el castellano, el docente de primaria y secundaria y el profesional de lo escrito pueden formarse en el conocimiento del español actual con los diccionarios integrales del español de España, de México y de Argentina (y con otros de mayor alcance); con un buen manual de ortografía y ortotipografía razonadas como el de Martínez de Sousa (sin duda, saqueado por esta Ortografía académica), y con las gramáticas descriptivas existentes, alguna de las cuales se reeditará en breve. De las academias sólo precisan norma clara y explícita, restringida a los campos que requieren regulación (que no son muchos; ortografía, básicamente), con explicación sucinta de la razón por la que se regulan. Luego, cada cual decidirá si la acata o no. Pero este mamotreto de ortografía (¡más de 800 páginas!), que aporta, al fin, sólo una novedad normativa, les es por completo innecesaria, y nadie debería adquirirla. Si se comercializa y algún hablante poco avisado cree que debe comprarla, al menos esperamos que pronto llegue a la red la versión «pirata» y se ahorre ese gasto inútil.

Por cierto: ante el porcentaje que recibirán por las ventas, las academias están ya frotándose las manos, a sabiendas de que las expectativas generadas por la polémica de estas últimas semanas redundarán en un mejor resultado comercial, como ya nos hemos hartado de decir aquí. Lean lo que dice al respecto el director de la Argentina:

Con el trabajo hecho, incluso hubo académicos que se mostraron complacidos con la polémica generada alrededor de la obra.

«Esto va a hacer vender más el libro. Al lado de informaciones como las de violencia, los periodistas han colocado a la ortografía. Se ha hecho un gran favor a la lengua», razonó a la AFP el presidente de la Academia Argentina de las Letras, Pedro Luis Barcia.

 

En definitiva: no hay, en rigor, gran novedad ni gran necesidad de esta nueva ortografía que intentarán sacar en campaña navideña, contra todas las leyes de la lógica y de la física; porque, insistimos, no es posible publicar en 15 días lo que se acaba de aprobar, salvo que ya estuviera, en realidad, aprobado y salvo que su producción anduviera muy avanzada mientras los académicos jugaban al debate y el consenso:

Felipe Garrido, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, advirtió que no ha existido tal consenso, especialmente en el caso de la nueva ortografía del español, dado que la “Real Academia Española conserva una superioridad con (respecto) a las demás academias”, lo que se debe en gran medida al respaldo que tiene de su gobierno: “Es la única que tiene el presupuesto suficiente y tiene dinero para publicar los diccionarios”.

Lo que queda al final de esta polémica es una recomendación que Garrido ha hecho a los usuarios de la lengua respecto a no ponerse nerviosos por las decisiones de las academias, ya que la lengua es de la gente y, “si las personas quieren que la ‘y griega’ sea ‘y griega’, será así”.

Si sale en diciembre, que todo ha sido una pura y cínica representación de la pretendida armonía panhispánica es lo único que cabrá concluir.

Comedias de enredo al margen, lo verdaderamente novedoso y destacable de esta ortografía para los miembros de este blog de correctores, traductores y editores, no es, señores, nada de lo que ha generado ríos de tinta. La auténtica noticia de hoy es que el anunciado nuevo capítulo sobre ortotipografía, al que este blog había tenido acceso y que, partiendo de obra ajena, añadía un peligroso grado de arbitrariedad y embrollo al hasta ahora bien ordenado campo de la escritura y de la composición tipográficas (pues hasta ahí se metía), se ha desgajado del volumen principal y se publicará aparte... si llega a publicarse. Así lo anunciaba José G. Moreno de Alba, director de la Academia Mexicana de la Lengua:

Finalmente, el filólogo precisó que para este trabajo quedó pendiente agregar un apartado que está prácticamente terminado, referente a ortotipografía (el uso de las versales, redondas, etc.), y se publicará en un folleto aparte el próximo año.

Nos felicitamos por ello. Los profesionales de la edición podremos respirar un poco más tranquilos.

[Actualización (30/11/2010): aquí tienen el nuevo índice de la obra que la RAE acaba de publicar, sin el capítulo de ortotipografía que se incluía antes de aprobarla. Está claro que, si la tenían ya acabada, van a tener que recompaginarla, lo que imposibilita su salida en diciembre. No obstante, ellos insisten, erre que erre, en que saldrá el día 17. Esto es más intrigante que el misterio de Fátima.]

 

Silvia Senz

The New York Times contra la RAE, y el timo de la preventa de la nueva Ortografía

The New York Times contra la RAE, y el timo de la preventa de la nueva Ortografía

El barullo de la llamada «ortografía yeyé» ha trascendido ya las fronteras hispanas. Las precipitadas e imprudentes filtraciones de los directivos de la RAE sobre las novedades normativas de la próxima Ortografía, que han ocasionado publicitadas disensiones internas en el seno de la Española y de sus asociadas (véanse, p. ej., 1 y 2) y una auténtica revolución popular en la red, han merecido una reprobatoria reseña en el diario The New York Times:

Push to Simplify Spanish Gets Complicated

[Traducción en elcastellano.org]

Out go “ch” and “ll,” along with lots of annoying accents and hyphens.

The simplified spelling from the academy, a musty Madrid institution that is the chief arbiter of all things grammatical, should be welcome news to the world’s 450 million Spanish-speakers, not to mention anybody struggling to learn the language.

But no. Everyone, it seems, has a bone to pick with the academy — starting with President Hugo Chávez of Venezuela.

If the academy no longer considers “ch” a separate letter, Mr. Chávez chortled to his cabinet, then he would henceforth be known simply as “Ávez.” (In fact, his name will stay the same, though his place in the alphabetic order will change, because “ch” used to be the letter after “c.”)

An editorial in the Mexican daily El Universal declared the new rules to be an affront to the national identity: “Spelling is not just an imposition; it serves to maintain a minimum of coherence and sense to what is written and said. Can this be dictated from a conference room abroad? A country that is proudly independent would not accept this.”

The editorial went on to ask, “Would the United States accept dictates from England over the use of English?”

They are just as upset on the European side of the Atlantic. Comments have poured forth on the Web — 1,450 of them as of Thursday night — after the first article on the changes appeared in the Spanish newspaper El País at the beginning of the month. The word “absurdo” pops up a lot.

“It’s kind of a magic realist moment. They decide that 2 of 29 letters will disappear,” said Ilan Stavans, a Mexican who is a professor of Latin American and Latino culture at Amherst College. “All the dictionaries will have to be remade, which is good for selling the Royal Academy’s dictionary, which they keep producing as though it’s the Bible.”

Professor Stavans compared it to the authority that English-speakers turn to, the Oxford English Dictionary, which stresses common usage rather than imposing it from above.

The Spanish academy needed 800 pages to explain the new simplified rules. Among other changes: letters with different names in different countries get just one name (which is rather like telling Americans that the last letter of the alphabet should be called “zed”). Iraq becomes Irak and quásar is now written as cuásar.

The spelling rules will go on sale by Christmas in Spain. Latin Americans will have to wait a bit longer.

There have long been complaints about Spanish spelling. At the first international congress of the Spanish language in Zacatecas, Mexico, in 1997, the Colombian writer and Nobel laureate Gabriel García Márquez declared, “Let’s retire spelling, the terror of all beings from the cradle.” But he admitted that his pleas were little more than “bottles flung to the sea in the hope that they would one day come to the god of all words.”

That god remaining silent, the Royal Spanish Academy has been filling the void since it was founded in 1713. “They have an oracular way of presenting things, like Moses coming down from Mount Sinai,” Professor Stavans said.

“In my mind, it’s a relic of the 18th century,” he added. “We have to wait for Spain to say how we speak.”

For those who live and breathe Spanish, the academy’s priorities seem a little off. “We are a language in debate,” said the Mexican writer Paco Ignacio Taibo II. “Unfortunately, the academy isn’t ahead of the debate, it’s behind.”

To its credit, the academy takes pains to emphasize that it works collaboratively with its associated academies in 21 other Spanish-speaking countries, including in the United States. Early meetings on the new spelling rules were held in Chile; the text was completed this month in Spain; and it will be ratified by the academy and its sister branches at the Guadalajara Book Fair in Mexico on Sunday.

In an e-mail, Juan Villoro, a Mexican writer living in Barcelona, was philosophical about one change that seemed to strike at the core of Spanish speakers’ poetic souls on both sides of the Atlantic. Under the old rules, the word “solo” takes an accent when it means “only” and has no accent when it means “alone.”

The academy rubbed out the accent, arguing that the meaning would be clear from the context. “Sometimes, the law has nothing to do with justice,” Mr. Villoro wrote.

Luis Fernando Lara, a scholar at the Colegio de México who coordinates the preparation of a Spanish dictionary used in Mexico, waved off the academy’s new rules: “We’re free in this world not to listen to them.”

As for the changes in the names of letters, Mr. Lara resorted to a line from a classic American song to describe the spat:

“I like tomato, you like tomahto,” he said.

Although he did not say it, the title of that tune, written by George and Ira Gershwin, was understood:

“Let’s call the whole thing off.”

 

Inmunes a las críticas, ni estas instituciones ni su casa editora retroceden en sus planes de publicarla para la campaña de Navidad, aunque parezca evidente que el texto original de la obra requiere retoques antes de recibir el visto bueno definitivo, lo que descuadra por completo el calendario de edición previsto. Fíjese el lector: el mismo fin de semana (hoy 27 y mañana 28 de noviembre) en que el pleno de la Asale, formado por los directores de las 22 academias [actualización: de las 21, porque el director de la RAE no ha asistido, excusando su ausencia por razones médicas], se reúne en la FIL de Guadalajara para debatir y consensuar el borrador definitivo de esta nueva Ortografía, la FNAC pone la obra en preventa, anunciando una fecha de expedición surrealista: 1 de diciembre.

Ortografía de la lengua española

Articulo en preventa, expedición prevista para el 01 dic 2010

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Ya me contarán con qué clase de poderes paranormales cuentan las academias y Espasa para tener impresa a inicios de diciembre una obra que a finales de noviembre ni siquiera está aprobada y sobre cuyo consenso se han proyectado constantes sombras.

Desde el punto de vista técnico, es materialmente imposible que esta Ortografía, una obra de 800 páginas con ilustración, se publique en diciembre (ni el 1 ni antes de Navidad) cuando su borrador se va a aprobar a finales de noviembre, sencillamente porque no hay editores, impresores, encuadernadores y distribuidores capaces de tal maravilla, y prueba de ello es que en el acelerado panorama editorial actual no se ha dado nunca un caso así.
Si para principios o mediados de diciembre esta Ortografía está impresa y distribuida, se habrá confirmado la espectacular tomadura de pelo de los académicos, su cinismo y su extraordinario don para el márquetin viral. Si tal cosa ocurre, una no podrá por menos que concluir que esta obra estaba ya impresa antes de que se anunciaran las polémicas reformas normativas; que las sucesivas apariciones en prensa de diversos académicos americanos anunciando que no las acatarían eran comedia para alimentar las expectativas comerciales; y que incluso el reciente artículo en ABC del académico de la Española Rodríguez Adrados diciendo que el pleno de la RAE había dado marcha atrás en sus reformas ante el clamor general no era más que una manera de engatusar al hablante, haciéndole creer que las academias son simples notarios del idioma mientras que el pueblo es su verdadero propietario... incluso cuando se trata de la elaboración de su código escrito.

En definitiva: si esta Ortografía está impresa en diciembre y se vende en campaña navideña, habremos recibido una lección magistral sobre quién manda en la lengua española y qué clase de ilusos somos.

 

Silvia Senz


La nueva Ortografía académica: the show must go on

La nueva Ortografía académica: the show must go on

Tomando ABC —que es como su casa— como propicio escenario, el académico de la Española y filólogo helenista Francisco Rodríguez Adrados nos ha dedicado un «delicioso» monólogo en el que tiene a bien tranquilizar al inquieto españolito (e inquietar a sus colegas), haciendo público que el Pleno de la RAE ha echado atrás las reformas ortográficas imprudentemente anunciadas en prensa antes de ser aprobadas, atendiendo al enorme revuelo causado. Mientras, como me comentaba un asiduo de los juegos de palabras, García de la Concha ha hecho mutis por el forrae. Ay, Felisa, pero qué risa da este vodevil prenavideño. Ni un Pastorets de barrio es tan divertido.

 

Esa desgraciada letra griega - ABC.es

«La Academia ha tomado nota, se inclina a una actitud de mayor libertad. Hay que agradecérselo. La norma es a veces necesaria, pero la libertad es sana. Además, a las imposiciones innecesarias los hombres suelen responder con la inobservancia. En casos como este, con el caos ortográfico»

ME refiero, claro, a la y griega. No exactamente la Real Academia Española, pero una serie de instituciones en conexión con ella querían llevar a una reunión de Academias de la Lengua Española que va a celebrarse en Guadalajara (Méjico) una propuesta para la reforma ortográfica del español en la que figuraba, entre otras cosas, una propuesta para declarar extinto el nombre de esa letra desgraciada. Se llamaría en adelante ye, algo que, dicen, ya propuso en su día un gramático del siglo XIX y que, además, dicen que se dice en algunos lugares de América.

Tontería, eso no es reforma ortográfica, es reforma de una nomenclatura.

Y es alentador en estos tiempos que la posible eliminación del nombre de la y griega ha suscitado una rebelión popular en diversos lugares de España: ¡una rebelión desinteresada contra una agresión a nuestra tradición! Y ello en conversaciones a pie de tierra, a todo lo largo y ancho de España.

Y en internet también. Alguien había de darles las gracias. Nos ha animado a los demás a intentar salvar a esa letra, como símbolo de la defensa de nuestra tradición cultural.

Y el pleno de la Academia también ha tomado nota, ha debatido la propuesta e innecesaria reforma ortográfica, que iba, parece, adelante. Yo no puedo dar detalles sobre cosas internas, no lo creo correcto, pero todo hace esperar que la reforma, tal como nos la traían, no saldrá adelante. Aunque todo depende de la reunión de Méjico.

Las guerras lingüísticas son muy duras y es mejor evitarlas. Recuerdo la que hubo, en la Academia, entre los defensores de psicología, la ciencia del alma, y la sicología, la ciencia del higo, ya saben.

A nuestra y griega la llamaríamos ye, ya digo. A mí, la verdad, me parece risible, me suena a los yeyés y las yeyés de otro tiempo. Dicen que de ye salió la palabra yeísmo, se refiere a una mala pronunciación de la ll. Pero más bien es al revés, del yeísmo (imitado de leísmo) salió la ye. Es una especie de invento de tebeo, completamente innecesario.

¿No es conmovedor que es estos tiempos haya quienes defienden el honor de una letra griega frente a una usurpación? Se llama griega por su origen, como yo me llamo Rodríguez por mi padre (aunque ahora parece que también esto está en peligro). Esa defensa habla bien de la Humanidad, yo creo. Aunque no se trata sólo de esa letra griega, son también otras letras griegas y latinas las que están amenazadas. Y tildes sobre las vocales a las que llaman acentos, pero son aclaraciones para bien comprender un texto. Yo leí en la Academia un pasaje de la última obra de Vargas Llosa que sólo deja claro, solo dejaría confuso.

Pues bien, reunió el pleno de la Academia y debatimos. Esto es, pienso, lo correcto. Y no ese moderno sistema de las comisiones, propuestas, viajes, debates, «no se preocupe, solo es un proyecto» y al final, el hachazo. No: la Academia ha intervenido, quizá tarde, pero espero que a tiempo.

¿Qué ha hecho la desgraciada y griega, que nos ha servido fielmente durante más de 2.000 años? Pues eso, su pecado es ser griega. Ciertas palabras griegas con esa y pasaron al latín. La y sonaba diferente de la i, pero al fin su sonido se hizo igual y a veces, en español, la y griega se sustituyó, ortográficamente, por la i, así en latín Cyclops, que en español es cíclope. Y, como se usaba poco, se utilizó para necesidades que surgían, por ejemplo, la de denotar los sonidos iniciales de yo o yacer. Es, diríamos, una letra de lujo.

Llamarla ye, ese invento, ¿qué ventaja tenía? Que sepamos, era tan solo un modo de zaherir a los griegos, bastante maltratados, en España, por los planes de estudios desde 1970. También en Europa, que lleva camino de negarse a sí misma. ¡Zaherir a los griegos, que están en el centro de nuestra cultura! En un asunto mínimo, pero significativo de un cierto fanatismo.

Ni más ni menos que otros detalles de la supuesta reforma. Resulta que a la c habría que llamarla ceta, un engendro nacido del contubernio con otra letra griega, la zeta. Resulta que el quorum latino habría que llamarlo cuorum o ponerlo en el lazareto de la letra cursiva. Igual destino les cabría a latinismos como deus ex machina, casus belli o ex cathedra, que se han incorporado en nuestro repertorio de expresiones léxicas y usamos normalmente, igual que usamos giros franceses o ingleses.

Menos mal que, magnánimamente, toleraba aquel anteproyecto que alguien a veces siguiera escribiendo la tilde de éste o que escribiera guión en vez de guion, que por lo visto les gustaba más. No tenía tanta suerte la desgraciada y griega.

¿Vds. creen que merece la pena, para esto, tanta reunión, anteproyectos, dinero en hoteles y aviones, para los tiempos que corren? Claro que es una migaja al lado del día a día de la política.

En fin, ahora la Academia ha tomado nota, se inclina a una actitud de mayor libertad, propone dejar vivir a la y griegay a otras cosas más. Hay que agradecérselo. La norma es a veces necesaria, pero la libertad es sana. Además, a las imposiciones innecesarias los hombres suelen responder con la inobservancia. En casos como este, con el caos ortográfico.

Y, francamente, estoy cansado de las hostilidades frente a la lengua griega y a su impacto en la lengua española. Sin el griego, las demás lenguas se habrían quedado en mantillas. Nuestro alfabeto es griego, griegas son las palabras para hablar de la lengua: fonética, morfología, sintaxis, léxico, también poesía, historia, tragedia, comedia, química y demás. Y las latinas que traducen o modifican las griegas, tales acento, nombre, adjetivo, verbo, diccionario, ciencia y las demás. Y desde luego Academia, que era el jardín sagrado en que se daba culto a Apolo, las Musas y el héroe Academo, a la salida de Atenas, a poca distancia del Cerámico, es allí donde enseñaba Platón. Tras el debate, surgía la iluminación, nos dice en la República.

Época desgraciada la nuestra, en que la cultura declina, en España y Europa. En que los sucesivos planes de estudio, desde el 70, son antigriegos, antihumanísticos en general. Parecido en Europa (a veces, no tan malos). Y en que, pese a todo, seguimos siendo una potencia internacional en el estudio del griego, tenemos alumnos que lo aman, seguimos adelante.

Si es que realmente va a haber un cambio, convendría que los políticos tomaran nota de este tema. Hay un impasse, se dice que la enseñanza va mal, esto era esperable desde hace muchos años. Y las Humanidades, entre otras cosas, sufren. Y no solo la economía —también es una palabra griega— es importante. Pero otras varias cosas también.

Y, mientras tanto, se gasta tiempo y energía en cosas irrelevantes, como esta innecesaria reforma ortográfica de que hablo. ¡Pequeñas pataditas a inocentes letras griegas!

FRANCISCO RODRÍGUEZ ADRADOS ES DE LAS REALES ACADEMIAS ESPAÑOLA Y DE LA HISTORIA

Mitos del castellano, 3: la inquebrantable unidad de la norma (o cómo la Academia Argentina de Letras declara su insumisión ortográfica)

Mitos del castellano, 3: la inquebrantable unidad de la norma (o cómo la Academia Argentina de Letras declara su insumisión ortográfica)

Para ir desmontando este mito, que ya la propia ortografía chilena descompuso en su momento y que otros conatos de segregación hicieron tambalear, nada mejor, en este convulso momento de la armonía y el consenso interacadémico, que las palabras del director de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, sobre el papel de la institución que dirige en los destinos normativos del español. Entenderán mejor ahora los lectores que el panhispanismo, y la unidad normativa de la lengua española, es una quimera sólo mantenida como realidad material por la prensa, las transnacionales y los capitostes de la política lingüística panhispánica, que quedará desvanecida a medida que las necesidades divergentes de cada nación y de sus muy diversas culturas y sociedades (e incluso de legitimación, en sus respectivos países, de las diversas academias) salgan a la luz pública:


12-11-2010 /  Pese a que el coordinador de la Nueva Ortografía de la Real Academia Española adelantó que la “be” dejará de llamarse larga y la “ve” corta pasaría a llamarse uve, el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, advirtió que en el país se mantendrá la denominación actual. Además, reclamó a la RAE que “fue imprudente anunciar cambios que todavía no hemos votado”.

Pese a que el coordinador de la Nueva Ortografía de la Real Academia Española adelantó que la “be” dejará de llamarse larga y la “ve” corta pasaría a llamarse uve, el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, advirtió que en el país se mantendrá la denominación actual. Además, reclamó a la RAE que “fue imprudente anunciar cambios que todavía no hemos votado”.

Barcia advirtió que el vocero de la Academia de las letras de España hizo afirmaciones “sobre cosas que dieron por aceptadas cuando todavía no lo están, debido a que el 28 de noviembre, en Guadalajara, recién votaremos estas enmiendas”.

“La declaración del vocero es que íbamos a unificar en todo el mundo panhispánico el nombre de la ve corta y la be larga, es decir, que se iban a llamar la b, be, y no be larga o alta como dicen en Colombia y la v corta iba a llamarse uve, como dicen los españoles, y no corta o baja”, detalló el profesor en declaraciones a la prensa.

Según Barcia, causaron confusión  porque “este hábito designativo que usa España fue refrendado por México, por Cuba y por Chile que, al parecer, en sus campañas pedagógicas  han comenzado a llamarlas be y uve”.

Sin embargo, detalló que  en Argentina “llevamos 100 años, al igual que en Uruguay, de designación  habitual en la enseñanza de v corta y be larga”, por lo que escribió una carta al  director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, “para decirle que no teníamos ninguna intención de adoptar eso, ni pensamos hacerlo y que me pareció una decisión torpe anunciarlo antes de decidirlo”.

YE, CHE Y ELLE. El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, es Doctor en Letras graduado de la Universidad Nacional de La Plata, donde también ejerció la docencia y actualmente se desempeña en la Universidad Austral. Según este emérito vecino de la ciudad, el vocero que anunció los cambios en España y que el diario El País publicó el 5 de noviembre pasado, “dio como novedad el cambio de nombre de la ch, la ll y pifió de nuevo”.
“El nombre ‘i griega’ es un mamarracho designativo. A partir de 1994 se reformó el nombre de la y, el de la ch, y se las llamó por el sonido: ye y che”, aclaró.

Por otra parte resaltó el planteo de la exclusión de la che y elle. “En rigor, esas letras no tuvieron independencia hasta 1803”, explicó. Y aclaró: “son dos dígrafos, es decir, dos grafemas que significan un solo sonido, que además es variadísimo en nuestro país donde tiene hasta cuatro pronunciaciones. Pero en realidad no son letras, por lo tanto ya después de 1994 los diccionarios de la RAE incorporan la che en la ce y la elle en la ele”, explicó el doctor.

CÓNCLAVE. En definitiva, los cambios en el idioma no serán revolucionarios, pero si difíciles de pelear en la reunión de las 22 academias que se llevará a cabo a fin de mes en la ciudad mexicana, donde una de las que tiene más peso es, justamente la que juega de local.

“Cuando usted está coincidiendo con casi todo el mundo en un punto, México le hace descender sobre la mesa 110 millones de ‘chamaquitos’, que son cuatro naciones americanas, entonces, tiene un peso por ese lado. El segundo peso es monetario: México compra desde hace 20 años un millón quinientos mil ejemplares de cada libro que publica la Academia Española o la unión de academias. No obstante, hemos tratado de mantener el equilibrio y la independencia, de manera que mantendremos en Argentina la b larga y la v corta”, argumentó.

Para ir a pelearla, el presidente de la Academia Argentina llevó su propia propuesta: “Yo propuse que las dobles vocales las quiten, por ejemplo ‘relección’ y ‘contralmirante’, pero no sé si será aceptada o no”.

Más allá de las discusiones por los nombres, Barcia desdramatizó: “La ortografía es una cuestión social, porque si alguien escribe bueno con ve corta lo descalifican; pero cuando hablamos cometemos cantidad de faltas de ortografía desde el punto de vista de la locución y no pronunciamos ni la ve larga ni la ve corta, ni todas esas pirondangas que se utilizan en la fonética exclusiva”.


El cinismo de la RAE y de su política panhispánica

El cinismo de la RAE y de su política panhispánica

Todo lo que pueda decirse sobre lo que reza el título de esta nota lo han dicho entre ayer y hoy en La Vanguardia Magí Camps (jefe de Edición y responsable lingüístico del diario) y Màrius Serra (filólogo, escritor, enigmista y articulista, a quien agradezco la cita):

 

La RAE yeyé

Los hispanoamericanos no dirán be larga ni ve corta a cambio de que los españoles no digan i griega

 

Magí Camps | 08/11/2010 | Actualizada a las 00:29h | Cultura

Cuando hubo el referéndumde la Constitución europea, el presidente Zapatero presentó ante la UE cinco textos en las cinco lenguas oficiales de España: español, vasco, gallego, catalán y valenciano. En una decisión encomiable, el president Maragall encargó la versión catalana a los mismos que habían hecho la valenciana, con lo que dos de esos cinco ejemplares estaban escritos exactamente con las mismas palabras. Una buena política pancatalana.



 

El pasado martes se supo que, en castellano, el plural de las siglas se formularía con una ese minúscula: los DVDs. Esa novedad ortográfica se difundió a raíz de la reunión que los representantes de las 22 academias del español celebraban en San Millán de la Cogolla, donde han ultimado las normas ortográficas de pronta publicación, según el criterio de la vigente política panhispánica.

Al día siguiente, en una demostración de dominio del tempo informativo, supimos que las academias habían desestimado ese plural y que los DVD seguirían siendo uno o varios según el artículo. Al cabo de 24 horas, se conocieron otros aspectos, como que a la i griega la tendremos que llamar ye, porque la mayoría de los hablantes así lo hacen. Son los hispanoamericanos, claro, que nos ganan por goleada a los de la Península. Ellos, en cambio, llamarán be y uve a las dos letras de igual sonido, y dejarán de llamarlas be alta o be larga y ve baja o ve corta. No me parece un mal trato, es un trueque razonable. De este modo, las próximas generaciones conocerán esas letras con un solo nombre a los dos lados del Atlántico. Es la política panhispánica.

También dicen que quitarán las tildes de guión y truhán, según la pronunciación monosilábica mayoritaria de Hispanoamérica, aunque aquí las sigamos pronunciando en dos sílabas. Tampoco me parece mal. En un mundo intercomunicado, es importante que una lengua como el español unifique criterios para ganar fuerza. Si aún hay quien le pone tildes a fue y dio, según una norma que desapareció en 1959, es fácil que muchos de nosotros nos muramos tildando guión y llamándole i griega a la ye, pero ello no es motivo para que el impulso académico se arredre.

Frente a esos 450 millones de hispanohablantes, a los ocho o nueve millones que también somos catalanohablantes se nos queda cara de bobos cuando ese mismo Estado que empuja y financia con generosidad esa tan acertada política panhispánica, en el caso del catalán aplica la política del divide y vencerás, de mirar hacia otro lado, de migajas en lugar de pan.

 

 


 

 

Cínifes cinocéfalos

Màrius Serra. La Vanguardia [papel]. Martes, 9 de noviembre del 2010

[También en Menéame.]

Ayer Magí Camps comentaba las últimas propuestas de cambios ortográficos en una columna que rezumaba sensatez y frescura desde el título ("La RAE yeyé") hasta su conclusión, en la que contraponía la política lingüística panhispánica financiada por el Estado cuando se trata del castellano a la política del divide y vencerás que defiende ese mismo Estado cuando se trata del catalán. ¿Qué palabra debería entrar en el DRAE para definir la actitud de quienes alientan la unión de castellano, mexicano y argentino a la vez que separan catalán, valenciano y mallorquín? Tal vez esa palabra ya exista. En la vieja (21.ª) edición del DRAE que corre por casa podría ser la que está entre un insecto llamado cínife y un mamífero cuadrumano denominado cinocéfalo. Pues bien, el Estado practica eso al acoger en San Millán de la Cogolla a un ramillete de filólogos perfumados con todo tipo de colonias. Señorías de las 22 academias de la lengua española, reunidos en tan simbólico lugar con una pompa que ríase usía de los fastos vaticanos. Da igual que sólo un 4’54% sean españoles en el sentido constitucional del término. Los debates que mantienen sus señorías entre cogollo y cogollo desembocan en acuerdos que, debidamente reescritos por el servicio de prensa, nos son filtrados para alentar la campaña navideña del nuevo superventas de la RAE. Tras diversos dimes y diretes, los cambios filtrados se resumen en cuatro: 1) y será ye y no i griega; 2) sólo, guión y truhán pierden la tilde; 3) Iraq, Qatar, quasar y quórum pasan a Irak, Catar, cuasar y cuórum; 4) b/v serán be y uve, a la europea, y no be alta o larga y ve baja o corta como en América.

La filtración surte efecto. Leo en el rotativo mexicano El Universal que la comunidad digital se rebela contra las normas. El hashtag #RAE arrasa en Twitter. "Ni limpia, ni fija, ni da esplendor #RAE". Otros comentarios son más personales, como el de @xyrenita "Noooo, tanto trabajo enseñando a la gente a diferenciar ’solo’ de ’sólo’ y viene la #RAE a complacer la ignorancia colectiva." O el de @AnitaRangel: "algún día terminaremos ’ezkribiendo azi’ #RAE". Está claro que han picado el anzuelo. Ya verán como las filtraciones se suceden hasta el 28 de noviembre, día en el que han anunciado que se cerrarán las deliberaciones en la FIL de Guadalajara, a dos semanas de la publicación. Más cínifes cinocéfalos. ¿Cómo vamos a tragarnos que un libraco que llegará a las librerías el 13 de diciembre no esté cerrado, corregido e incluso impreso semanas antes? Sílvia Senz publica en el blog Addenda & Corrigenda, crítico con la política académica, un apunte titulado "La RAE ha descubierto el márquetin viral". Es exacto. Ayer mismo Pérez-Reverte les echó un cable, tuiteando contra Catar y a favor de truhán. Sus señorías podrían grabar una versión RAE del mítico "Amo a Laura". Las cifras de ventas de productos especializados (no solo diccionarios, sino gramáticas y ortografías) son espectaculares. Los retrasos en la publicación digital en abierto de ese conocimiento científico, muy calculados, para dar tiempo a obtener pingües beneficios con la edición en papel, a través de editoriales que no tienen que pasar por concurso público alguno. Queda claro que, bajo la batuta de Víctor García de la Concha, nombrado hace poco caballero de la Orden del Toisón de Oro, la Academia ha explorado con éxito las rendijas jurídicas de su estatus. Y es que las reales academias son corporaciones científicas de derecho público pero quedan eximidas de cumplir la legislación aplicable a las administraciones públicas. Vaya con los cínifes cinocéfalos.





La RAE ha descubierto el márquetin viral

La RAE ha descubierto el márquetin viral

Desde que Víctor García de la Concha tomara las riendas de la Real Academia Española, la línea de mercantilización de esta institución que se inició con la constitución de la Fundación pro RAE el 20 de octubre de 1993 no ha hecho sino crecer a un ritmo exponencial. Uno de los aspectos que mejor reflejan la conversión de esta entidad semipública, parcialmente financiada con nuestros impuestos, en un negocio redondo es su política de producción editorial (de obras normativas, conmemorativas y auspicios), de la que venimos ocupándonos desde la fundación de este blog. Valiéndose de campañas de márquetin gratuitas, que utilizaban todas las vías publicitarias posibles (televisión, radio, internet, prensa, organismos parasitarios, congresos internacionales de la lengua...) para crear expectación sobre sus futuras publicaciones incluso con cinco años de antelación; ampliando (a dedo) sus casas editoras para mejorar su distribución en América, y escogiendo fechas de publicación estratégicas como las semanas previas a la Navidad, la RAE y sus asociadas han logrado cifras de ventas verdaderamente exorbitantes para obras que no son precisamente lectura ligera para el común de los hablantes.

Sólo la 22.ª edición del Diccionario de la RAE vendió 400 000 ejemplares en los seis meses que siguieron a su publicación, en el 2001. El Diccionario panhispanico de dudas alcanzó los 200 000 ejemplares vendidos en el mismo periodo. Y la reciente publicación (exclusivamente en papel) de los dos primeros volúmenes de la Nueva gramática de la lengua española al nada reducido precio de 120 € logró situarse, en su primera semana de recorrido comercial, en el número uno de obras de no ficción vendidas en España, y en sólo dos meses vendió más de 60 000 ejemplares. Sin embargo, ni de estos dos primeros volúmenes ni de su edición manual posterior hay aún versión disponible en línea. Las academias del español no suelen ofrecer en abierto sus obras hasta haber alcanzado unos ciertos resultados comerciales con la venta de las ediciones en papel. Y todo ello sin que ninguna de las editoriales que publican sus obras haya tenido que ganar ningún concurso público; el carácter jurídico de las reales academias como corporaciones científicas de derecho público las exime de cumplir la legislación aplicable en las administraciones públicas.

Para la próxima edición de su Ortografía, la RAE y compañía no han dudado en dar un paso adelante y poner en práctica técnicas promocionales adaptadas a los nuevos tiempos, y en una escenificación a todas luces cuidadosamente estudiada, han pasado los últimos días reunidos en San Millán de la Cogolla debatiendo, supuestamente, diversos aspectos normativos todavía por consensuar y anunciando y desmintiendo, por boca del director de la RAE o del coordinador de la Ortografía (Salvador Gutiérrez), novedades normativas que no lo son tanto con dos evidentes intenciones:

 

1) hacer que, a pocas semanas de publicarse, la nueva Ortografía esté ya en boca de todos;

2) fomentar la imagen (insistimos: imagen) de unidad, equidad y consenso sobre la que se sostiene la nueva política lingüística panhispánica.

 

Cuando decimos «debatiendo, supuestamente» no hablamos por hablar. Por habituados que estemos, en esta bitácora de correctores, traductores y editores de texto, al desenfreno de los calendarios de producción editorial, no nos cabe en la cabeza que una obra que ha de publicarse sobre el 13 de diciembre no tenga aún un original acabado; y más improbable nos parece que se publique en esa fecha si hay que creer que a ese original no se le dará el carpetazo definitivo hasta el 28 de noviembre en la FIL de Guadalajara (México), como vienen anunciando los académicos. En quince días no se corrige, compone, vuelve a corregir, compagina, imprime, encuaderna y distribuye una obra, y menos una de 800 páginas y con ilustración. Semejante discordancia en las fechas nos lleva a pensar que, o bien el original está acabado y compuesto y están trabajando sobre la maqueta —y aun así sólo una chapuza permite cumplir con la fecha de publicación, o bien la obra está impresa y en almacén y todo esto no es más que una pamema des-co-mu-nal, que pone en evidencia, una vez más, que los que mandan en la RAE y la Asale se creen que la gente es imbécil. Y, de hecho, mientras se les siga el juego, no se les da motivos para pensar lo contrario.

Que les sigamos el juego, inevitablemente, es justo lo que han logrado con el hábil anuncio de polémicas «novedades» en aspectos sensibles de la ortografía (esos que todo el mundo aprendió en la escuela y lleva grabados a fuego), logrando esta vez que piquen el anzuelo los usarios de redes sociales. Los tuiteros han puesto el grito en el cielo (o lo contrario) al saber que la i griega pasa a tener el panhispánico nombre de ye, y los avances ortográficos han logrado entrar en la portada de Menéame, tan poco permeable a las noticias académicas. De este modo, la RAE ha rematado una campaña de márquetin viral tan redonda como la bolaspa.

Eso sí: lo que realmente se publicará en el volumen final... sólo Espasa lo sabe.

 

Silvia Senz


Actualización (08/11/2010): Siguiendo con este entretenido paripé, ayer, en Abc, Salvador Gutiérrez se mostraba sorprendido por la reacción en Twitter, y Pérez Reverte añadía leña al fuego declarando su disidencia y moviendo a la insubordinación:

La única solución para cambiar lo reformado, según Pérez Reverte, es que miles de personas usen Qatar y digan «y griega». «Verá cómo las academias se lo piensan», contestó a una internauta.

Una vez convenientemente vendido este tocho de Ortografía, que traerá mucha más cola aún por su nefasta parte ortotipográfica (ya lo verán), nos espera una nueva reformita en pocos años «para acomodarse a un uso discrepante de la anterior» (y enmendar deslices). Y otra vez a pasar por caja, que es de lo que se trata. Ya ha ocurrido con la reciente nueva Gramática, cuyos errores los han llevado a anunciar una revisión en tres años.


Nuevas actualizaciones en:

09/11/2010 - El cinismo de la RAE y de su política panhispánica

10/11/2010 - Facebook también se revoluciona contra la RAE

 


 

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